Capitulo 24

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Perspectiva de Olivia

El miedo no me duro mucho al ver que no planeaban hacerme daño, es más se sentaron a charlar mientras yo las observaba desde el suelo. Que locura la de estás chavalitas, ya le he dicho que no me tiró a Gavi ni nada y se sigue riendo como desquiciada, le dije que se parecía a maléfica por la risa que lleva y me pegó una cachetada de vuelta, mejor me guardo mis bromas para otra ocasión.

Había una ventana en la casa, se podía ver el atardecer y ya era de noche. Estás tontas se estaban pintando las uñas, LAS UÑAS, me secuestran y se hacen la pedicura, pero bueno, yo intentaba sacarme la cinta que me habían puesto en las manos, la de la boca me la saco la maléfica apenas entre a la casa.

-Ya es de noche vamonos de esta mierda- dijo una de sus amigas

-Si vamonos- dije yo desde el suelo

-Nosotras nos vamos, tu no- dijo maléfica viéndome sonriente, madre mía, está chica ha salido de una película del miedo que da

-¿La vas a dejar aquí?- pregunto otra de sus amigas algo preocupada

-Pues si- sonrió

-Sofia puede decirle algo a la policía- acotó su amiga

-Si tienes razón, te dejare ir- rodeo los ojos, madre mía tanto escándalo de la camioneta, de la cinta, para esto.

-Pero antes te daré tu merecido- que me va a hacer esta loca, mire para todos lados y no tenía ningún objeto con el cual dañarme

-Dame la pava- le dijo a una de sus amigas

¿La pava? ¿Para que quiere la pava? Genial, después de hacerse su pedicura se toman un te, pero que buen secuestro, me encanta. Estaba muerta de risa en mis pensamientos cuando siento algo caliente, demasiado caliente en mis piernas, ya entendí para que era la pava, pegue un grito que se escuchó hasta China Masomenos y ella me tapo la boca con su mano.

-Listo Olivia, a ver si aprendes a no ser una cualquiera- me miró sonriente

-Y te digo algo, ni una palabra a nadie sobre esto o no tendré problema en hacer esto nuevamente- me apunto con su dedo

Me quito la cinta de las manos y salí corriendo de ese lugar, el aire frío pegó en mis piernas que ardían, se aliviaron, no sabía dónde estaba, los vidrios de la camioneta era polarizados así que no vi nada. Comencé a caminar en cualquier dirección para alejarme de ahí, camine unas cuantas cuadras y mis piernas estaban perfectas hasta que empezaron a arder, me incline a verlas y estaban rojas con algunas ampollas, dios mio, está Sofía está desquiciada, en cuanto la vea otra vez me llevo una pava en la mochila.
Ya era tarde y seguía caminando, el dolor comenzó a aumentar y ya no podía soportarlo, cada oleada de aire que pegaba en mis piernas era como si me tiraran otra pava de agua hirviendo, sin querer las lágrimas comenzaron a resbalarse en mis mejillas.

Para mí suerte siempre dejo mí teléfono en la casa para ir a los partidos, así que no podía llamar a nadie, ni a mí tío, ni a Nico ni a nadie.

Seguí caminando y por suerte llegue a la heladería con la que fuimos una vez con los chicos, me alivie bastante pero aún me quedaba bastante camino hasta casa así que debía soportar el dolor de mis piernas que ya estaban en un tono ardiente y seguir.

Perspectiva de Gavi

-entonces ¿DONDE MIERDA ESTÁ?- pregunto pedri quien ya estaba muy alterado

Habíamos venido a casa del entrenador a festejar la victoria (2-1), Olivia no estaba por ningún lado, Pedri y yo estábamos nerviosos desde que el partido comenzó, pero no por el partido, por ella.

UN PROBLEMA - Fcbarcelona Donde viven las historias. Descúbrelo ahora