uzumaki por siempre

primeros años

Capítulo 1

Un llanto incesante se escuchaba por todo el orfanato, el dueño de tal llanto era un bebé con cabello rubio y marcas de bigotes en su inocente rostro, la razón de su desconsolado y triste lloriqueo era porque no había comido desde hace más de 2 días.

Ya había pasado 1 semana desde que fue entregado al orfanato y todo iba de manera normal tal y como quería hiruzen sarutobi, sin embargo se expandió un rumor de que el kyubi había renacido como un niño con marcas de bigote en su rostro y comenzó el infierno para aquella pequeña criatura.

El anbu que había enviado hiruzen vio como maltrataban al niño y le negaban cualquier comida o abrigo, la cuidadora del orfanato no se atrevía a hacer más ya que sabía que la estaban vigilando, sin embargo lo que no sabía era que a aquel anbu no le importaría si lo mataba o no.

Al ya no soportar a aquel niño que lloraba sin cesar, la cuidadora tuvo que darle un pedazo de pan mohoso que encontró por allí y metérselo a la boca esperando que se atragantara con ella, el pequeño niño al sentir algo en su boca empezó a chuparlo con tanta intensidad que lastimó su boca. Las heridas del niño se curaban rápidamente por lo que no tuvo ningún problema en terminar aquel pan mohoso que tenía en su boca y al fin poder dormir debido al cansancio.

Ha pasado 1 mes desde que el pequeño niño ha sufrido el maltrato en aquel orfanato y los anbu que tenían que custodiarlo odiaban a aquel niño pese a saber que era un jinchuriki, estaban tan ciegos de odio que no les importó que fuera un niño ya que solo veían al zorro que les quitó a sus seres amados. Hoy era el turno de un anbu joven de vigilar al pequeño, vio el llanto del niño pero solo se quedó mirando mientras pasaban los minutos y horas.

-no sé cómo puede seguir llorando con tanta intensidad durante 2 horas... sé que dijo que no nos involucremos con el niño, pero si no lo callo terminaré por matarlo.

Aquel anbu le dio lo único que tenía en mano, píldoras de alimento, eran fáciles de tomar y prácticos para cualquier misión de larga duración, metió la píldora en la pequeña boca del niño y éste empezó a chuparlo desesperadamente y luego tragárselo.

-te iba a decir que el sabor es asqueroso pero parece que no te importa, ahora... espero que duermas sin hacer ruido y me dejes hacer mi trabajo de forma tranquila.

El pequeño niño sintió su hambre saciarse hasta cierto punto y pudo dormir después de haber gastado casi toda su energía llorando, aquel anbu joven sin saberlo empezaría a encariñarse con aquel niño dándole de comer cada vez que le tocaba cuidarlo y protegiéndolo de cualquier amenaza como si fuese un familiar suyo.

-¿Cuál es tu informe, perro?

-nada que reportar hokage-sama, el niño parece demasiado saludable.

-bien, estará a tu cuidado durante esta semana y luego te unirás a tu equipo para otra misión.

-entendido, hokage-sama.

Poco sabía aquel anbu joven de lo que sucedía con aquel niño, durante la semana que le tocaría vigilarlo se hubiera enterado del trato que recibe si no fuera por un mensaje que le llego a la cuidadora informándole que trate al niño rubio como lo haría con cualquier otro hasta nuevo aviso.

Al terminar el tiempo de su vigilia se fue a una larga misión posiblemente durante meses, otro anbu tomó el lugar del joven anbu pero éste odiaba al niño al igual que el resto y el martirio de aquel niño comenzó nuevamente durante varias semanas. Los informes que daban al hokage eran los mismos que daban todos, diciendo que no había problemas y que se encontraba saludable.

Hiruzen no dudaba de la palabra de sus anbu y solo decidió continuar con su labor como hokage protegiendo al niño desde la distancia, mientras hiruzen se encontraba sumergido en su tristeza y miseria debido a la pérdida de su esposa y sucesor, un hombre con un bastón como apoyo vigilaba la aldea mediante cámaras implementadas por toda la aldea, obviamente nadie más que él y sus fieles herramientas sabían de la existencia de dichos dispositivos.