🔮 Maryoku Matsuba: Calma Para Meditar (Card R: School Uniform) 🔮

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Como adulto que es, Maryoku en sí sabía cómo organizarse al hacer sus cosas, así que para cuando tomaba sus descansos se aseguraba de tener todo lo pendiente ya listo, sus tareas estaban completas, su ropa en orden, el dormitorio recién limpiado, todo acomodado para hacer la cena, estaba prácticamente todo listo así que podía darse un poco de tiempo libre para hacer lo que constantemente necesitaba hacer para relajarse en esa academia: sentarse a meditar por unos minutos que normalmente llegaban a rozar casi la hora.

Así que fue al salón principal del dormitorio e invocó sus velas guardadas para luego encenderlas con un chasquido de sus dedos, cerrando además las cortinas para que la luz del sol no entrara y apagando cualquier luz artificial que haya podido estar encendida al momento de llegar allí a meditar, y entonces, tomó una pequeña bocanada de aire antes de sentarse en medio de sus velas a meditar.

En calma, en silencio, sin preocupaciones ni apuros, solo él estando en paz con el mundo y—

Y de pronto alguien saltó sobre su cabeza, no solo despeinándolo sino también jalándolo del cabello y provocando que perdiera toda la concentración que tenía, porque quien lo despertó se tomó el tiempo hasta de prender las luces de nuevo como si fuera consciente que esas dos cosas lo molestarían en lo que estaba haciendo e igualmente las hizo.

Para cuando abrió los ojos solo pudo escuchar al único valiente que haría algo así, y ese valiente, o tonto mejor dicho, era Grim.

−¡Myah! ¡La tarea el profesor del gato es tan aburrida como su clase!−se quejó Grim empujando una de sus patitas contra la página del libro que había traído justo ahora al salón.

−¿No las has hecho aún? Es para mañana−le preguntó Maryoku llevando sus manos a su rostro tratando de no alterarse.

−¿Por qué el gran Grim tiene que hacer tarea sobre una mina? ¡Yo debería tomar clases de hechizos poderosos y no esto!−dijo Grim pasando por uno de sus típicos aires de grandeza.

−...por supuesto que sí...−murmuró Maryoku rodando sus ojos y levantándose.

Maryoku apagó y desapareció las velas antes de irse del dormitorio, con Grim quejándose mientras hacía la tarea que desde hace días que debió de tener hecha no podría usar el salón del dormitorio o el dormitorio en sí para meditar, así que fue hacia su segunda opción aprovechando la lejanía de Iridaceae con la academia, y usaría el patio del dormitorio para tener un espacio para meditar.

Afortunadamente para él no sentía a ningún entrometido cerca, así que de nuevo intentó poner sus cosas para meditar, usando un pequeño hechizo para oscurecer el lugar para luego invocar nuevamente sus velas, encendiéndolas antes de sentarse luego de una respiración profunda para empezar a meditar.

Siendo sincero, se sentía más relajado, la suave brisa golpeando su piel le relajaba mucho más que estar adentro, además del sonido de los pequeños animales en las cercanías del dormitorio, era todo tan relajante hasta el corte del viento de un disco...¿disco?

A penas pudo tirarse hacia un lado cuando notó el disco que se le acercaba, disco que fue lanzado por un fantasma del dormitorio y atrapado por otro, antes de que el último fantasma, el más pequeño para ser específico, sin importarle que acabara de esquivar un disco que le pudo haber golpeado la cara, le habló en total normalidad.

−Vimos que terminaste tus deberes hoy, jejeje~ ¿quieres jugar Spelldrive con nosotros?−preguntó el fantasma aparentemente sin notar que estaba usando su tiempo libre para cosas mejores que jugar Spelldrive.

−Lo siento, pero estoy en algo más ahora−dijo Maryoku frunciendo el ceño por la interrupción.

−¿Qué estás haciendo? ¿Yoga?−preguntó el fantasma más gordinflón con un tono de gracia.

−Parecías a punto de poner música de relajación~−se burló el fantasma más larguirucho.

−Ah...me tengo que ir−dijo Maryoku dando por finalizada la conversación al desaparecer sus velas.

Se levantó y se fue de la propia área del dormitorio Iridaceae, se nota bastante que en ese lugar no iba a poder meditar ese día, por lo que se dirigió al lugar más cercano para meditar que tenía, siendo este el jardín botánico que por la hora del día estaba prácticamente vacío, no había nadie rondando los alrededor y al dar un vistazo quedándose en la entrada tampoco vió a nadie en el interior, decidiendo entrar gracias a eso.

Su plan entonces cambiaría al ir a la zona templada del invernadero...

Y no había dado cinco pasos en ese lugar cuando se dió cuenta de que Leona estaba allí presente también...bendito día de complicaciones estaba teniendo solo para poder meditar...

−¿Vienes aquí a buscar algo de comer, herbívoro?−preguntó Leona en su típica forma pasivo-agresiva de hablar.

−Dudo que algo de aquí me sirva para condimentar una ensalada−dijo Maryoku suspirando pesado de la frustración−pensé que estarías en tu dormitorio ahora...

−Estaba allá, pero escuchar los gritos de los de primer año por las terapias de Francy no es algo con lo que pueda dormir−dijo Leona encogiéndose de hombros−te recomendaría que te fueras si vas a hacer algo que arruine mi sueño

−Hm...oye, Leona, ¿me harías un favor?−preguntó Maryoku teniendo una pequeña idea de lo que podía hacer para meditar de igual forma en el jardín botánico.

−¿Un favor? ¿A qué viene eso?−preguntó Leona casi riéndose de ese repentino cambio de marcha.

−No es nada, en realidad...verás, solo necesito que cierres los ojos, respires hondo y luego sueltes el aire, como si te prepararas para correr−dijo Maryoku haciéndose el desentendido con ese favor.

−¿Eso de qué te serviría a ti?−preguntó Leona alzando una ceja confundido.

−¿Es algo que no puedes cumplir?−le cuestionó Maryoku ladeando la cabeza.

−...bah, no es que me cueste algo...−dijo Leona accediendo aunque fuera a regañadientes.

El mayor sonrió ante la aceptación del de ojos verdes, y al momento en que cerró los ojos usó su telequinesis para sellar cualquier puerta del invernadero, cuando Leona tomó aire invocó sus velas y los rodeó a ambos con ellas, y al momento en que soltó el aire, juntó sus manos dirigiendo su magia hacia el propio Leona, consiguiendo  de esa forma una parcial hipnosis que se reflejó en la calma luego mostrada en sus ojos cuando los abrió.

Al parecer ese truco seguía siendo efectivo incluso en personas que no eran de su mundo.

−Quería meditar un rato en el jardín, estaba pensando en hacerlo solo, pero no tengo problemas con que alguien me acompañe−dijo Maryoku extendiendo una mano hacia Leona al decir su ofrecimiento.

−De pronto este lugar se puso muy tranquilo...bien, meditaré contigo−dijo Leona en un tono casi susurrante aceptando la mano de Maryoku.

Por fin...

Maryoku y Leona se tomaron mutuamente de las manos y se sentaron frente a frente en medio de las velas, cerrando los ojos para poder empezar a meditar juntos.

Generalmente, ese truco lo usaba cuando uno de sus compañeros venía en el momento menos oportuno para hacerle una visita, ni siquiera era una hipnosis completa, solo una alteración en las emociones para hacer a la persona sentir lo que él quisiera, y él lo usaba en esos casos para hacer sentir a las personas la calma suficiente para acompañarlo a meditar.

Puede que fuera un truco barato, pero mientras le funcionara, estaba bien para él...

OC's Cards [ Twisted Wonderland ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora