¿An... "Shiraishi"

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– A ver, déjame repasar todo de nuevo. Las familias Tenma y Otori quieren casar al pr Tsukasa Tenma con la princesa Emu Otori y al hacer eso van a iniciar una guerra contra los reinos. – Hablo Kohane aún preocupada de todo esto y confundida entre varias otras emociones, estaba muy nerviosa, se notaba por el como movía sus piernas.

– Sí, así qué el casamiento será en unos días. No se pueden negar, disculpenme ahora, iré a trabajar. – Dijo el rey Azusawa yendose sin decir ni una sola otra palabra.

Entre Kohane y Toya sus miradas cruzaron sin decir ni una palabra, no podían creer todo lo que estaba pasando.

– Creo que... Que es mejor que me vaya ahora, mi padre debe estar esperandome en éste momento, nos vemos Kohane... – Dijo Toya con un tono apagado y con un aura triste.

Kohane sin poder decir nada, para calmarse decidio salir del reino y no solo hiba por eso, ella deseaba saber que era lo que había escuchado esa vez en el bosque, necesitaba saberlo. Al estar afuera del reino fue rápidamente al bosque y entro hasta el final sin pensarlo, incluso si empezaba una guerra, solo quería saber que era ese ruido, ella aún quería saber por qué odian tanto flores tan hermosas como las rosas y no se detendría hasta saberlo.

Al llegar al final, jadeando cansada de correr, ya que ella no suele correr así, se tuvo que sacar hasta los tacones para correr sin problemas pero, lo que contro en ese lugar no fue más que una fuente de agua, pero la cual no soltaba agua azul como el cielo, esta soltaba... ¿¡Sangre!? Penso algo asustada y asqueada Kohane, la fuente estaba cubierta de unas cuantas rosas que brillaban más que la luces de su reino de noche, era una escena hermosa. Kohane se acercó más y logró divisar la figura de una mujer, una mujer muy bella, con un vestido rojo... Kohane no pensó que sería lo que creía que era así que decidio acercarse y cuándo la mujer se giró su cara era la de como una persona muerta, no era tan literalmente, un lado de su cuerpo y cara estaba llena de rosas que dejaban caer gotas de sangre, por la otra parte de su cara, se veía palida, como si estuviera realmente muerta, pero sus labios eran de un rojo suave y hermoso, sus ojos eran tan radiantes como el sol, su cabello tan negro como la noche hasta su cabello azul como el mar, era hermosa tal y como Kohane pensaba que era.

– Tu eres... ¿"La Reina de las Rosas"? – Pregunto Kohane mirándola cara a cara, nunca esperó encontrarse con ella, nunca espero que sea tan... Bella.

La mujer sin si quiera hablar o hacer un solo gesto hizo que una red de rosas agarrara a la pobre Kohane levantandola alto, la mujer la miro sin ninguna emoción o lo que sea, su mirada era completamente vacía... Kohane estaba asustada, pensó que moriría en ese momento.

– Reina de las Rosas, por favor suelteme..!! – Dijo Kohane a punto de llorar, vomitar y morirse por la altura tan alta en la que estaba.

Para su sorpresa la mujer la bajo... Tirándola.

Kohane pensó que moriría, su vida paso ante sus ojos en ese momento, recordo cuando encontraron a Saki comiendose un pájaro, o cuando encontraron al príncipe Tsukasa mirando al principe Rui, de una forma con no explicación heterosexual y cuando el guardaespaldas de Toya, Akito se subió a un árbol apenas vio al perro de la princesa Minori, de un reino muy lejano, entre otras memorias, Kohane estaba que se reía casi muriéndose, pero al perecer no cayó, si no qué la mujer la atrapó sin si quiera hacer un ruido, Kohane se quedo quieta un momento y cuando giro a ver la cara de la reina, su cara incluso sin expresión alguna, se veía... Linda, decía Kohane quien sin darse cuenta sonreía, aún así la muje sin decir ni una palabra con su expresión inexpresiva, bajo lentamente a Kohane y habló.

– ¿Quien eres? – Dijo en una voz más calmada y a algo ronca apuntando a Kohane.

– Yo soy Kohane Asuzawa, princ- – Fue callada por la mano de la mujer, la cual se la llevaba a otro lado.

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