Tw: Maltrato poco descriptivo, si eres sensible aún así lo mejor es no leer.
Roier era diferente desde infante, es difícil de explicar solamente su familiar y su mejor amigo sabían de ello, la mayoría de las veces solían molestarlo empujando su cuerpo, rompiendo sus cosas o su mismo cuerpo, el chico estaba agotado pues jamás penso que algo así sucedería en su vida, escuchar las burlas, soportar los golpes, el alguna vez fue un pequeño felíz pero el mundo se encargo de apagar su felicidad, de perder su luz, Mariana lo recordaba como un chico que radiaba luz pero ahora solamente era su amigo de ojos apagados que trataba de vivir como pudiese.
Ambos estaban artos y es que a Roier lo molestaban en su hogar y en sus estudios pero Mariana también era fastidiado, de cierto modo ambos chicos sufrían aún si el de lentes hacía menos su dolor, ambos infantes juntaban sus meñiques con seguridad "escaparemos juntos algún día" era la promesa mientras sus lastimados dedos se apretaban junto al otro com fuerza, ambos con una mirada sería decidieron su futuro de esa forma, cuando llegaron a la odiosa adolescencia ambos trabajaron, noche y día después de estudiar, para el castaño bajo era increíble pues no debía llegar a su hogar a soportar todo aquello que le lastimaba pero le preocupaba cuando se perdía en medio de su trabajo, sí tan solo pudiera controlar las veces que termina cayendo en su sueño la vida sería más fácil y no tendría que disculparse siempre sobre las cosas que hizo al no estar conciente.
Ambos tenían trabajos diferentes pues el más bajo no estaba seguro de trabajar en un restaurante, Mariana era un mesero destacado pues tenía una voz que ciertamente le gustaba a algunas chicas pero los hombres lo detestaban, Roier trabajaba en un lugar donde vendían malteadas, algunas veces se cortaba al cortar las frutas pero estaba bien sus palmas llenas se benditas cubrían todas esas molestas heridas, algunas veces deseaba no ser tan distraído pero se esforzaba por conseguirlo y no asustar a los cotidianos clientes, algunos eran buenas personas que entendían su situación e incluso hablaban con el.
"- ¿Entonces con quién me encuentro ahora? -." Pronuncia un hombre siempre al llegar al locar y aunque no pudiera escucharlo siempre le gustaba que le preguntara sobre eso aún sí no sabía que otras personas también viven en su cuerpo y conciencia.
La gota que colmo el baso fue su familia, la razón por la que huyó, por la que escapo lejos fueron sus propios progenitores, ellos lo alejaron, empujaron lejos odiando su propia persona, Roier se odiaba pero jamás lo aceptaría, al dormír siempre eran las mismas preguntas, "¿Por qué soy así?, ¿Por qué no soy normal?" El castaño también quería serlo, quería ser como todos, una persona ordinaria que viva como cualquier otra pero desafortunadamente tiene que compartir cuerpo con otros entes, se dice que las personas pero era una buena forma de escapar cuando lo necesitaba, Roier quiere huir de su hogar.
Mariana se encontraba trabajando en aquel restaurante cuando su celular comenzo a vibrar, estaba prohibido atender llamadas durante su hora de trabajo pero algo dentro suyo decía que era importante, sin importar más y suponiendo de quién era esa llamada el joven algo abandono lo que se encontraba haciendo para correr hasta los baños del local, preocupado saco su celular mirando por la pantalla el nombre de su amigo, sentía su estomago contraerse de solo ver el contacto y es que ya esperaba que se contraría del otro lado de la llamada.
- ¿Roier? -. Murmuró una vez atendió la llamada siendo recibido por unos leves sollozos que le helaban la piel.
- Mariana ayudame -. Decía con aquella leve voz entrecortada, algunos ruidos fuertes eran escuchados desde la llamada, el alto entendía lo que pasaba. - Ya no quiero seguir aquí, por favor vamonos ya -. El hilo de voz tan bajo y quebradizo fue suficiente para que su amigo abandonara en seguida los baños, dejo su mantel en la barra y comenzo a correr, correr tan fuerte como sus largas piernas se lo permitieran, "estaras bien", "todo saldrá bien voy en camino" le decía sin importar que lo cansara más rápido el hablar, los sollozos de su amigo fueron sofocados por otros gritos que inclusive Mariana temió escuchar.
Sí hubiera tomado su auto tal vez sería más fácil pero la desesperación no le permitió tomarlo, apenas había aprendido a conducir seguro la desesperación le haría chocar, tampoco tomo algún taxi o autobús pues para su mente no había tiempo para ello, sus piernas se movían impulsando hacia enfrente al joven, una ventaja de ser alto era que podía ser más rápido y debía aprovechar, ya no logró calmar a su amigo por su teléfono pues la llamada había sido cortada cuando los gritos se intensificaron, odiaba esa sensación, odiaba ese miedo que comenzaba a florecer en el. Miro atentamente los números de las casas una vez estaba cerca de la calle de su amigo, una a una eran analizadas tan rápido como sus pupilas se lo permitían.
Una linda casa del sueño aparecía en su vista, una familia tan hipócrita y maldita, empujo la puerta deseando estuviera abierta y es que para su sorpresa lo estaba, ignoro por completo el olor a alcohol y otras sustancias que desconocía, subió esas extensas escaleras saltado unas una o dos cuando podía siendo entonces cuando llego a la habitación mirando a su chico siendo reprendido por su padre, podía escuchar los gritos de su amigo y aunque su cuerpo deseaba quedarse paralizado sus sentidos lo obligaron a moverse, tomó con fuerza el hombro del adulto alejándolo de su querido amigo y golpeando con fuerza su rostro dejando inconsciente al hombre, miró a su amigó quien tendría sus pupilas tan abiertas y su cuerpo temblando de forma desenfrenada, deseaba abrazarse a sí mismo pero el chico alto había agarrado la mochila y comenzando a empacar ropa o provisiones necesarias para el chico además claro de los ahorros necesarios de su arduo trabajo.
- Nos vamos -. Agarro a su querido amigo del brazo y comenzaron a correr a la salida antes de que el adulto despierte de la inconsciencia.
Roier nunca hablo, miraba el suelo mientras era casi arrastrado por su amigo a un lugar más seguro para ambos, uno donde el hombre no lo encuentro, la adrenalina hace pensar cosas tontas y ellos estaban decididos a irse de esa maldita ciudad hoy mismo, no importa si terminaban durmiendo en medio de la nada sobre el coche de Mariana, el miedo y la desesperación no los dejaba pensar bien o bueno solo a Mariana.
- El ni siquiera iba a pelear, iba dejar que nos golpeara como siempre, que nos lastimara -. Aquél tono de voz freno sus pasos, volteando a verlo miro a su amigo com un gesto distinto, parecía impotente y enojado - Yo hubiera dado pelea, no permitiría que nos hiciera esto -. Y es que aún si tuviera sus pupilas brillosas por la proveniente agua no quería verse así.
- Deje mi auto en el restaurante pero no quiero que las persona te vea así Roger -.
El más pequeño frunció el ceño ante lo dicho. - Todos siempre me han visto así, ¿Que diferencia hay? No soy tan idiotas como los otros dos -. El bajó seguía su camino al restaurante, al menos de los tres el era el más fuerte.
Su caminó fue silencioso y trataban de ignorar a la gente que miraba preocupado al joven golpeado, le hubiera gustado tener tiempo de lavarse o cambiarse antes de irse pero los dos jóvenes temían del hombre, el humedo ambiente decoraba la deplorable escena de dos jovenes perdidos, ¿En qué pensaban?, ¿Cómo se iban a ir? Por hoy solo quedaba utilizar un motel y así poder buscar algunas cabañas en alquiler, les esperaba una nueva vida y ninguno de los dos querían perder más tiempo ahí.
Alguna incomodidad o duda no dude en decírmelo.
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𝗖𝗵𝗲 𝗺𝗶 𝘁𝗼𝗿𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮 ⿻ ﹑🪓
Fanfiction𝐒𝐩𝐫𝐨𝐢𝐞𝐫 | Donde Roier decide tomarse un descanso junto a su mejor amigo en las profundidades de un bosque siendo acosado por una extraña criatura la cuál estaba dispuesto a atrapar. ִֶָ 𓏲࣪ :Advertencias: - Solo cubitos - No sé los modis...