La señora Choi se había convertido en una devota religiosa gracias a su ex marido Hwang, así que se había encargado de darle la mejor educación posible a su hijo Hyunjin, haciéndolo un pequeño muy grande santurrón. Lee Félix de apariencia angelical...
NOTA: DEBERÍA LEER CON TASTE - SKZ *guiño, guiño,guiño*
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"¿Sí? ¿Felix?" Trató de mirarlo a la cara, pero el pecoso tenía su cara hundida en el cuello del mayor. "¿Estás b...uh"
El pecoso succionó el cuello del castaño una y otra vez, dejando marcas alrededor de él. "Lo siento, es que me siento...estoy demasiado caliente."
Se río el castaño. "Tienes como cinco minutos que te corriste Felix, pero, mentiría si te digo que yo no estoy caliente." Retiró las sábanas de sus cuerpos. "¿A qué hora debemos irnos?"
"Cuando quieras bebé, robé las llaves y el auto de Chan." Le sonrió perversamente. "Es tu culpa por ponerme así, hubieras esperado a estar en casa."
"En casa no podremos hacer tanto ruido y aquí tampoco, pero aquí nadie nos escucha."
El pecoso montó al castaño y le plantó besos en su rostro, bajó a su cuello, ahora besaba su abdomen, bajó su cadera a la altura de las rodillas de Hyunjin y dejó un camino de besos hasta llegar al miembro erecto del mayor.
Su dedo índice daba constantes movimientos circulares en la punta de este, mientras con su lengua lamía el falo venoso del mayor. "Estás tan duro." La boca húmeda y caliente del pecoso cubrió por completo la hombría de Hyunjin, quien cerraba los ojos disfrutando del lujurioso acto que le brindaba su novio. Y es que el ático era bastante grande y sombrío que permitía oír claramente los jadeos de Felix y el miembro en su boca. Al sacarlo dejó un hilo de saliva desde la punta hasta sus labios.
"Oh... Lix...ven.."
"NO." Contestó Felix. "Recárgate en la cabecera de la cama." Ordenó con un cambio drástico de voz.
Hyunjin quedó anonado por la actitud del pecoso; y es que, la voz gruesa de Felix cuando estaban desnudos eran tan jodidamente caliente, que podría ser dominado por el enano. Una vez obedeció la orden del pecoso, este se sentó en su estómago abriendo sus piernas para recargarse del colchón, obviamente dejando una excelente vista del castaño, quien podía apreciar el perfecto cuerpo desnudo de su amante, una vista que abarcaba desde sus rodillas, sus muslos, su miembro erecto, su pelvis, su abdomen, su dorso, sus brazos y su preciosa cara sudorosa.
El pecoso guio las manos del contrario a su cintura y el mismo se introdujo el pene del castaño, de un solo golpe lo tenía dentro de él; dejó sus manos apoyadas en las rodillas del castaño y el solo comenzó a dar brincos intensos sobre su novio.
"¡Espera!" Gimió Hyunjin. "No creo aguantar."
El pecoso lo miró triunfante, pero ignoraría completamente a su novio, porque desde hace tiempo quería hacer esto. El sonido de su trasero impactando contra el cuerpo del mayor ahogaban los gemidos, que a pesar de ser ruidosos eran casi inaudibles. "¡Dios! ¿Te gusta bebé? ¡Puedo sentir tus dedos enterrados en mi piel!"
El castaño siquiera podía hablar, estaba extasiado por los movimientos de su novio. El pecoso se acomodó y ahora se apoyaba de la cabecera de la cama, permitiendo besar a Hyunjin mientras meneaba su trasero. "¡Eres un diablillo!" El castaño bajó sus labios al pecho de Felix y succionó los pezones de este.
