𝐐𝐮𝐢𝐧𝐭𝐨 𝐚𝐜𝐭𝐨

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𝐄𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐭𝐞𝐣𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐨𝐠𝐚 𝐲 𝐬𝐚𝐥𝐭á𝐧𝐝𝐨𝐦𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐜𝐞𝐬 𝐫𝐨𝐣𝐚𝐬...

Habían pasado varios días, semanas, para ser honestos.

La última pelea del matrimonio fue la más hiriente. Las palabras se lanzaron cómo dagas sin sentido con el único propósito de lastimar al contrario. Desde esa mañana, ya no se habían dirigido la palabra. A pesar de ello, _____ no abandonó en ningún momento su papel como esposa y ama de casa, sin embargo, parecía que era un fantasma quien mantenía reluciente el hogar.

Debido a todo lo ocurrido, _____ perdió por completo el apetito y cuando intentaba llevarse algo a la boca, terminaba por vomitarlo. Estaba afectada y muy apenas salía de su habitación, para tomar un vaso con agua. Incluso hace dos días había sido su cuarta visita al hospital, en dos semanas. _____ había tenido suerte de estar con Jeongin y Han cuando el incidente ocurrió.

—Lo siento chicos, de verdad no se preocupen, sólo es un poco de cansancio, prometo cuidarme más —sonrió para aquellos dos.

El par asintió no muy conformes con aquello y a ojos de la chica, lo dejaron pasar. Sin embargo, ambos chicos ni quiera tuvieron la intención de olvidarlo. No cuando la situación estaba sobrepasando límites. 

—Habla con él, Sung, a ti y a Changbin siempre les hace más caso que a los demás, estoy seguro de que sólo está ignorando todo esto por orgullo —pidió el menor, dando un sorbo a su café.

—Ten por seguro que le diré, Innie, esa no es la _____ que conocí y es verdaderamente preocupante su estado —coincidió.

****

Aquella nueva mañana de miércoles fue tranquila en la empresa. El ajetreo de las nuevas administraciones se habían relajado y el trabajo se había calmado un poco, pudiendo darle un respiro a todo el personal.

Jisung había puesto a Changbin al tanto de la situación de su amigo y su esposa. Y ambos acordaron citarlo en un café para hablar seriamente con él. Por supuesto, estaban ansiosos, en todos estos años no se habían metido en el asunto del matrimonio del mayor, sin embargo, sabían que debían hacer algo antes de que se volviera tarde. Bueno para ellos, su amigo terminó presentándose en el local.

—Ya te hemos pedido una malteada —avisó el menor, señalando el vaso cuando el otro se sentó.

—Gracias... Pero, ¿Qué es lo que pasa?

Los dos menores se miraron por unos segundos y volvieron la mirada a su mayor, dispuestos a hablar. Sabían que era mejor ir directo al grano y no seguir bailando alrededor de la fogata, entonces fue Han el que se dispuso a hablar primero.

—Sabes que te queremos mucho, te apreciamos y te respetamos mucho más, pero hemos descubierto que tu matrimonio está mal.

—Vayan al grano, ¿Quieren?

Changbin suspiró, tomando la palabra: —Lo que Jisung quiere decir es que tu esposa no está bien, en todo el sentido de la palabra —aclaró, concentrándose únicamente en el accionar del otro.

El mayor los miró confundido y frunció el ceño mientras pasaba la mirada del uno al otro, mostrándose irritado al escuchar el mismo cuento.

—El día que fui a tu casa por el contrato con los inversionistas, Jeongin y _____ estaban hablando con normalidad, _____ iba a darme la carpeta del contrato, pero terminó desmayándose antes de pasarme los papeles, de no ser por su amigo, seguramente se habría golpeado la cabeza y parece que todo está yendo de mal en peor... ¿No te habías dado cuenta de aquello? —explicó Jisung, tratando de sonar lo menos agresivo que podía.  

El otro bajó la mirada, escuchando atento aquellas palabras. Por supuesto que sabía de la conducta berrinchuda de su esposa que se negaba a comer con él y sobre todo, que se negaba a salir de la habitación para no tener que verlo. Mas la verdad es que había estado postergando su salida hasta tarde para evitar afrontarla, por lo que no la había visto detalladamente como sus amigos.

—¿Qué es lo que les pasó? —preguntó el mediano—. ¿Dónde están los empalagosos de antes?

Chan respiró profundo, sin querer levantar la mirada. El cúmulo se pensamientos lo ahogó y en ese momento ya no estaba sabiendo cómo actuar para no terminar perdiendo la paciencia. 

—Esos dos ya no existen —murmuró.

—¿Por qué? —fue el turno de Han para indagar.

—Porque murieron en el mismo momento que supimos que no podíamos formar una familia —escupió mirándolos finalmente—. Ninguno de los dos vamos a aceptarlo y si eso implica matarnos con el tiempo, entonces lo tomo —dijo, levantándose—. No se metan donde no les llaman —concluyó, saliendo de ahí.

Chan regresó a la oficina, dejando pasar el tiempo sin poder olvidarse de las palabras de sus amigos. Había estado tan abrumado con los asuntos de la empresa y con las insistencias de su madre que estaba a punto de perder la cabeza. Miró el reloj, tomó sus pertenencias y salió de la oficina, dispuesto a llegar a casa como se supone sería en un día normal. Debido a que aún era temprano, lo más seguro es que iba a encontrarse a su esposa despierta. Por ello decidió hacer una pequeña parada y comprar una rosa, pues él sabía que _____ no era buena para cuidar las flores.

Llegó finalmente a su casa, con sus cosas en mano se encaminó directo a su hogar y abrió la puerta que ahora ya se mantenía con el cerrojo puesto todo el tiempo. El silencio también era contrarrestado con el bajo volumen de la televisión y todo el sentimiento de abandono se disminuía apaciblemente, contrario al ayer. 

Chan caminó a paso tranquilo hasta la sala de estar. Ahí se encontró a su esposa frente al televisor, tomando una siesta en el sofá. La miró detenidamente, sintiendo que su garganta se cerraba y una punzada le pegó en el pecho al notar el aspecto demacrado de su mujer. Esta se veía más pálida de lo normal, unas leves ojeras acunaban a sus ojos, los huesos de sus manos y rostro eran más prominentes que antes, y en su rostro se definía perfectamente la sensación de una tristeza.

Chan se arrepintió de aquello, se asustó al ver el camino que estaba tomando su vida y simplemente volvió a salir de su casa, buscando despejar su cabeza de todo aquello.

Chan se arrepintió de aquello, se asustó al ver el camino que estaba tomando su vida y simplemente volvió a salir de su casa, buscando despejar su cabeza de todo aquello

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I'M STILL BREATHING || BANG CHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora