Capitulo 11:Cena

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Nos encontramos en el gremio de aventureros de Orario como ya era costumbre.

En el mostrador se encontraba la bella Rose contando todas las piedras magicas que trajo Bell del calabozo mientras esté esperaba pacientemente mientras la observaba.

Aunque la mirada de Bell se notaba un poco inquieta como si quisiera decirle algo a Rose pero dudaba si decir esas palabras o no.

¿Era algo atrevido? Pues el creía que no pero aún así le daba vergüenza.

-¿Te sucede algo Bell?.

La amable voz de su asesora lo saco de sus pensamientos viendo que ahora ella lo estaba observando.

-¿P-porque lo preguntas? -pregunto con una sonrisa nerviosa.

-desde que llegaste está mañana a nuestras clases has estado un poco inquieto y ahora que has vuelto del calabozo sigues igual ¿Sucedió algo malo? -pregunto un poco preocupada.

-n-no me sucede nada malo Rose-san -aclaro antes de que se hiciera ideas equivocas.

-¿Entonces?.

-l-la verdad es que quiero hacerte una pregunta -dijo con una sonrisa timida mientras pasaba su mano en su nuca.

-¿Cuál pregunta?.

-Rose-san...................¿Estarás libre esta noche?.

Cuando Bell hizo esa pregunta Rose se congelo por unos breves segundos para después volver en sí.

El latir de su corazón aumento gracias a esa pregunta mientras sus mejillas querían sonrojarse.

Pero logro mantener la compostura teniendo siempre su mirada tranquila.

-s-si, estoy libre esta noche -respondio mientras contaba los valis-. La verdad es que casi siempre estoy libre -penso con una sonrisa nerviosa interna-. ¿Porque lo preguntas?.

-........

-.........

-..........

-.........

-Rose-san...........¿Te gustaría ir a cenar a mi casa?.

El sonido de muchas monedas cayendo al piso se escucho en todo el gremio captando la atención de todos los que se encontraban allí en ese momento.

-¡Rose, el dinero se pone en la mesa no en el suelo! -la voz de su amiga Misha se escucho a lo lejos con un tono de burla pero Rose no le prestó importancia.

Su mente en ese momento estaba en la petición de Bell.

-¿Estás bien Rose-san? -pregunto Bell preocupado por lo sucedido.

-l-lo siento, solo me distraje -se disculpo avergonzada mientras empezaba a tomar todas las monedas que cayeron al piso.

-dejame ayudarte.

Y dando un salto Bell estuvo al otro lado del mostrador quedando frente a Rose e inclinándose para ayudarla a tomar las monedas que quedaron en el suelo.

Mientras Rose solo intentaba ocultar el pequeño sonrojo que adornaba sus mejillas recordando la propuesta de Bell.

-¿Quiere llevarme a comer a su casa? -penso avergonzada observando de reojo a Bell el cual estaba recogiendo las manedas-. ¿Acaso quiere decirme algo para llevarme allí?.

La vergüenza que sentía Rose era grande. Talvez muchos la miraban como una mujer madura que a lo largo de su vida había tenido muchos novios pero la realidad era diferente, esa era la primera vez que iba a ir a la casa de un chico en su vida.

Ganaste mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora