chains of hate

two

—Jungkook cariño, llevamos un par de meses casados, y con la llegada próximamente de nuestro hijo es necesario manos extras

—ya tenemos suficientes empleados Ji Eun, de verdad..

—la señora Lee, esta muy avanzada de edad es la única que se encarga de la casa

—¿entonces? Soy un hombre muy ocupado la textilería va muy bien, pero igualmente necesito estar presente en cualquier momento

—escuché por boca de Rosé que en el mercado venden sirvientes, o bueno, esclavos son mucho mejor que cualquier otro empleado, no serán capaces de huir porque no son nadie sin sus dueños

—sabes que nunca me ha gustado ese tipo de cosas, también son seres  humanos

—amor, entiende no lo digo por mal, solo podremos ayudar a ese pobre ser humano al traerlo a casa ¿Qué te parece?

El hombre suspiró cansado, a decir verdad había visto como año tras año vendían personas en ese mercado; según las autoridades eran personas sin nadie en el mundo, con deudas; siendo estos captores quienes pagaron a cuesta de sus vidas por ello eran vendidos y estos en su derecho de hacerlo

No era algo que realmente le importara, pero talves su esposa tenía razón y sí necesitaba ayuda, no se daba cuenta porque casi nunca estaba en casa

Jeon Jungkook, un hombre de 26 años huérfano de padres únicamente acompañado por su primo y mano derecha Kim Namjoon; dueño de una cadena textilera heredada de su familia; aunque no en perfecto estado, más bien con muchas deudas.

Pero el hombre la sacó adelante teniendo actualmente varias de estas, por tal motivo, consumen mucho de su tiempo, se casó hace tres meses con la joven Ji Eun, hija de uno de sus socios, a decir verdad le tomó aprecio a muchacha

El padre  de ella propuso aquel matrimonio, no  quería aceptar pues no se sentía aún listo para ello, sin embargo; una metida de pata lo llevó a aceptar, ahora casados solo espera que el amor llegue junto o antes que su bebé, sí ese pequeño ser lo anima mucho

—esta bien, le diré a Namjoon que se encargue...nos vemos

El hombre de traje se despidió de la mujer con un beso en la mejilla y luego acarició el vientre de la misma

—aún es muy pronto cariño

—no importa, sé que está y puede sentirme y oírme

Ella asintió, viendo como se alejaba tras el umbral de la puerta, Ji Eun nació en el seno de una familia acomodada creando lazos fuertes con aquel matrimonio; feliz por haber logrado casarse con Jeon, desde que lo conoció había quedado enamorada del joven

...

Con las manos adoloridas igual que sus pies, mismos que ya no sentía, jamás había caminado tanto en su corta vida, podía sentir que estos ya sangraban

Al caer en cuenta de su realidad no hizo más que llorar en silencio, recordando el rostro de su madre cuando iba a despertarlo, cada mañana y que ya no vería, quien sabe por cuanto tiempo

Sus labios dolian de estar resecos, sangrando si los movía, se sentía demasiado exhausto, sus muñecas enrrojecidas y con varias ampollas debido a la fricción de las cuerdas

No se les permitió descansar, tampoco beber agua, cada cierto tiempo sus fuerzas fallaban cayendo al suelo haciendo que sus rodillas se lastimaran y su ropa se rasgara

—¡oye! ¡muchacho! —la mujer frente a él lo llamó levantó el rostro topándose con los rayos del sol, estaba feliz de sentirlo, parecía que de a poco su cuerpo iba tomando calor