cap 2: curiosidad...

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Tiempo después, él continuaba divagando por el mundo terrenal, cumpliendo con su encomendado. Existía sin humanidad alguna, un alma sentimental ahogada entre las paredes de su frío pecho de piedra.

Pero ahora algo había cambiado, desde que aquella chica logró verle, su cabeza no paraba de dar vueltas. ¿Qué podía hacer? Ya había otorgado el descanso eterno a dicho objetivo especial... Aún así, volvió a aparecer de la nada.

¿Realmente hay dicho destino del cuál deba proteger a éstas almas en desgracia?

Esa pregunta, hace mucho tiempo no pensaba en ello; de hecho, hace mucho tiempo que no pensaba. ¿Por qué ahora? ¿Curiosidad? ¿Cómo ha logrado verle? ¿Por qué?

Justo iba de camino a su siguiente misión cuando lo notó, era ella, el objetivo especial. Pero, esta vez era diferente, era su reencarnación? Si suele suceder que el destino te las juegue a muertes crueles en dos vidas seguidas pero no es tan común y menos si se trata de alguien que logró ver a un ángel. ¿Realmente será ella?

Este trabajo tienes una sistematización casi perfecta, las reglas son bastante estrictas. Cada día le llega un pergamino con los datos de los 'objetivos' diarios, incluyendo edad, nombre, aspecto e incluso se adhieren datos sobre vidas pasadas.

'Yang Hattori' una niña japonesa. Los nombres son etiquetas de identificación, no se puede amarrar un nombre al alma, por eso en cada vida las personas tienen nombres diferentes.

Con la esperanza de obtener respuestas, se dirigió hacia el lugar de la misión, se preguntaba si en esta vida podría verle de nuevo. Los dones también pueden repetirse.

...

Japón, siglo XV. La aislación del país los mantenía a salvo de las invasiones pero, a su vez, generó un aumento considerable de pobreza en la clase ya baja; éste era el caso de Yang, la niña vivía bajo el manto de una humilde familia. Acababa de nacer hace poco menos de un año.

Ya le había tocado antes otorgarles el descanso eterno a niños, incluso antes de cumplir un mes, pero con los siglos dejó de sentir culpa o eso quería pensar.

Cuando llegó la halló recostada en un tumbado, de la cultura respectiva, un poco sucio y, al igual que la casa, bastante malogrado. Su madre, Yeohn, se encontraba afuera arando la tierra húmeda para colocar un par de semillas.

Con una mirada rápida pudo notar que eran solo ellas dos. Yeohn era una madre soltera de bajos recursos y su hija Yang dependía de las pocas semillas que rindieran frutos y pudiera vender su madre para sobrevivir; su destino, el cuál debía evitar, probablemente era morir de hambre. Aveces, se dedicaba a indagar sobre aquellos destinos que podrían tener sus objetivos.

Se acercó a la pequeña, ella inmediatamente lo miró con sus pequeños ojos negros, a pesar de ser completamente diferentes, seguían transmitiendo exactamente la misma energía, solo que en menor cantidad. Se dispuso a observarla y luego se sentó junto a ella, Yang lo había notado y una risa aguda salió de su aún desdientada boca, intentó alcanzarlo con sus brazos pero él no permitió que lo tocara. La mujer volteó a observar pero se dispuso únicamente a echarle una mirada a la niña antes de continuar con su trabajo, no había notado al joven pelinegro que estaba a punto de quitarle la vida a su hija.

Los mortales no pueden verme, ¿será que esta no es un alma mortal? Se preguntaba mientras la observaba jugar con sus ropas. Él estiró una de sus alas con mucho cuidado y pasó la última de sus plumas por la frente de la pequeña criatura, haciéndola reír de nuevo. Estaba infringiendo la primera y más importante regla, no crear lazos con los objetivos; pero con esto logró confirmar que la niña efectivamente le veía.

Con cuidado, colocó sus dedos en los finos párpados de Yang, cerrándolos. Solo al tacto de sus pieles, está pudo sentir nuevamente esa pesadez en todo su frágil cuerpo, la vida se le estaba escapando del pecho con lentitud y el solo la miraba; parecía muy pacífica, como si solo estuviera durmiendo.

Al cabo de unos minutos dejó de respirar, soltó las ropas del ángel y dejó caer sus pequeñas manos. Él observó a la madre trabajar en silencio y luego se levantó para retirarse. Cuando estaba saliendo de la casa en ruinas escuchó los gritos desconsolados de Yeohn y entendió que aún sigue vivo ese sentimiento en lo más profundo de su corazón, el sentimiento de tristeza.

'No recibí respuestas a todos mis preguntas, en lugar de eso, ahora me planteé más. A veces, la curiosidad es peligrosa..'

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2023 ⏰

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