☄️ Cap. Cinco ☄️

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Los secretos son malos.

Siempre dijiste eso, pero también dijiste que a veces eran necesarios, más aún cuando eras el hijo de pastor.
Cada mañana en misa me sonreías discretamente. Fue allí cuando nuestra historia comenzó.

Éramos un secreto.

Uno bien guardado.

Uno que terminó en dolor y fracaso. Porque ellos literalmente te arrebataron de mi lado.
Mi vida cambió, y mi padre al igual que todos a mi alrededor intentaba fingir que nada paso.

__ Los arrestaron __ comentó tomando asiento__ Fijaron condena __ dejo su taza de café sobre la mesa.

__ Papá...¿amas a Jieun?

__ ¿Por qué preguntas eso?__ frunció su ceño.

__ Ambos esperan un bebé...tú le dijiste a mamá que no querías tener más bebés __ sonrió con tristeza __ Ella quería muchos.

__ Jimin...

__ ¿Crees que Dios es justo?__ lo observó __ Últimamente creo que no lo es, siempre se lleva lo que amo, siempre me lo arrebata sin piedad y no lo entiendo, no entiendo porque lo hace papá.

__ La vida de las personas no nos pertenece __ suspiró tomando asientos __ Duele cuando se van, pero supongo que parte de superar el dolor es aprender a diferenciar las cosas, Dios no te arrebata a nadie, porque esa persona es igual de libre que tú...no te pertenece__ Tomo las manos de su hijo__ Debemos ser fuertes a la hora de aceptar que cada ser humano tiene su final.

__ Suena como si no la extrañarás.

__ Suenas cómo alguien que solo juzga por lo que ve __ sonrió __ No quisieras estar en mi cabeza veinticuatro siete...no quisieras ver esa gran herida que aún duele como el primer día en el que solté su mano.

__ Papá

__ Trato de ser feliz, aún cuando mi felicidad se fue tiempo atrás __ suspiró __ No me culpes por ello, se que cuando mi momento llegué ella estará allí para recibirme.

Soltaste mis manos con tal delicadeza como la de una bella pluma llevada por el viento. Una parte de mi me dijo que me aferrara a ti, no quería dejarte ir. Si lo hacía sabía que me iría y no podrías detenerme.

Papá...

Siempre deteste está maldita sociedad, siempre odie no poder ser yo.
El dolor calaba fuerte, la respiración no era la misma, mi corazón latía agitado.
Odio no poder presentarte a mis monstruos, odio no poder decirte que ellos llegaron cuando mamá se fue y siguen aquí desde entonces. Que pese a que le rogué a Dios que los desterrara, siempre regresaban.

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Hasta el fin del mundo |• Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora