cap. 23

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[narrador omnisciente]

Un adorable y inofensivo carrera se encontraba dormido en su cama. Eran al rededor de las 15:00
O 15:30 y el ni había abierto sus ojos, pero un fuerte ruido lo hizo levantarse de manera repentina, rápidamente agarro lo primero que encontró —los pantalones cortos negros que había usado Ivan la noche anterior— se los puso y camino rápido a la cocina de dónde provenía el ruido.

—buenas tardes— hablo su lindo pelinegro -el cual solamente tenía una remera negra y unos boxers- se encontraba cocinando algo lo cual no veía por la barra, pero se notaba una especie de vapor salir de algún tipo de olla.

—hola...— dió la vuelta a la barra, para acercarse al alto abrazándolo por la cintura —¿como te levantaste?

—bien, bien— el pelinegro se dió la vuelta y tomo al castaño de la cintura, mientras esté enredaba sus brazos en el cuello del alto—¿Y vos?

—bien, nomás que me asusté porque hiciste mucho ruido— se acercó a la boca contraria pero no la beso, simplemente se acercó para sentir la respiración del contraria sobre sus labios, eso le encantaba.

—se me cayó una olla sin querer— rio un poco —pero estoy bien... Ahora...— se acercó apoyando sus labios sobre los contrarios, estos enredándose entre si. Este beso era tierno, aunque por fuera se vea muy vulgar y necesitado, para los jóvenes que lo ejecutaban era la forma más perfecta de demostrar cuánto se habían enamorado el uno del otro, después de un par de segundos se separaron de ese dulce beso.

Rodrigo Nunca había visto esa mirada en ninguna persona, o por lo menos no hacía el. La mirada de Iván era relaja pero atenta y se dirigía así sus ojos, los fantásticos ojos color cafés con grandes pestañas brillaban de una manera tan... deslumbrante y angelical.

—tus ojos son algo tan... Etéreo— hablo el castaño mirando de manera adoradora los fanales contrario, enamorándose profundamente de lo que transmitía la mirada del alto.

—rodrigo...— quitó sus manos de la cadera contraria, las poso de manera sutil y amablemente en sus mejillas. El bajo podía sentir ese toque arder en su piel, Miles de emociones llegaron, se sonrojo y su mirada se desvío pero rápidamente la volvió a su anterios sitio cuando Ivan lo forzó a mirarlo haciendo algo de fuerza con sus manos de una manera muy tierna.

—yo se que ya es medio tarde para esto pero... yo... ¿Puedo ser tu pareja?— termino la oración teniendo sus pómulos totalmente rojizos y tratando de no desviar la mirada por la vergüenza que estaba sintiendo, sintió como la cabeza contraria entre sus manos se movió asintiendo, luego el bajo se abalanzó sobre el pelinegro y lo beso.

—mierda, si— lo volvio a besar mientras el santafesino trataba de no quemarse con la hornalla, ya que estaba prendida y el estaba casi contra la cocina aun que estaba manteniendo distancia con sus brazos.

—che... No, mejor me voy— se escuchó la voz de un tercero al lado de ellos un chico de casi la misma altura de carrera, que vestía una remera color blanca y un short a juego, el cual era robleis que rápidamente después de ver eso corrió para meterse en la pieza de Rodrigo. Ambos novios rieron.

—¿le decís vos o le digo yo?— el alto pregunto tomando de las caderas al bajo.

—ya se va a dar cuen-

—¡¿YA COGIERON?!— esa pregunta resonó en toda la casa, igual que las carcajadas de la pareja —¡HIJOS DE PUTA, SE HACEN LOS TIERNOS AHORA Y RE COGIERON!— salió ofendido de la habitación mientras los otros dos se seguían cagando de risa — por lo menos hubieran sacado el canasto de la ropa sucia, crotos.

desde Antes [Spreen X Carrera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora