Agradecimientos e introducción

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No era de sacar dieces. Ni de notazas. Los profesores no daban un duro por mí. Quizá tenían razón cuando decían que no llegaría lejos, ni sería nadie.

Pero he visto a mi madre orgullosa de mí. Por mi parte ya he llegado todo lo lejos que tenía que llegar. Y ya me doy por satisfecho.

Han pasado muchas tormentas en mi alma desde aquel primer volumen titulado "Puntos de vista", donde un chico cualquiera de Tarancón publicaba su primer libro y cumplía un pequeño sueño en forma de desahogos. Hoy, cientos de textos después, con nuevas heridas que inspiran, me acerco a vosotros en forma de palabras.

Este pequeño viaje transcurre desde donde terminó el anterior. En este tiempo abandono un poco la reflexión que abordaba en los textos anteriores para abrazar mi lado poético y darles forma a los sentimientos.

Lo que vas a encontrar en estas páginas no son más que un grito a la nada. Una ventana donde lloro y amo a partes iguales sin imaginar quienes estáis al otro lado compartiendo mi agonía o ilusiones.

Las personas somos un suceso de caídas y evolución. Y todo lo que elegimos, como aquello que no, o lo que eligen quienes nos rodean, nos define y nos convierte en quien somos hoy día. Existen viajes de ida, pero sin vuelta, donde no regresamos igual. Y, sin embargo, cargamos una mochila llena de pasados que pesan. Pero como todo viaje que se precie, la luz es tan necesaria como la oscuridad. Y, a veces, solo debemos buscar en nosotros mismos.

La motivación a veces flaquea. Tiro la toalla por los sueños día sí y día también. Por eso siempre os estaré eternamente agradecido por darme un pedacito de luz cuando todo se disipa. Ojalá poder daros todo lo que me dais con vuestra forma de leerme, de apoyar a un chico cualquiera que lo único que quería era darles forma a los sentimientos a través de las palabras.

Hacéis que los sueños revivan y ese es el motor de seguir viviendo con adrenalina en una vida de rutinas.

Quizá, el día que estéis leyendo cualquiera de estos textos que os regalo en forma de prosa, yo lo relea y no esté de acuerdo con mi versión del pasado. Pero eso también es bonito: una forma de dejar un granito de arena de mi yo inexperto en la eternidad, donde pueda volver a ver a una versión antigua de mí, en un libro antiguo lleno de polvo en una estantería olvidada.

Este es el viaje de cualquiera y, como en todo viaje, su proceso ante el conflicto, la aceptación, y el aprendizaje, es lento. Por ello, os invito a relajaros y no coger carrerilla con este pedacito de mí que hoy tenéis.

Dejad que vuestras almas os transporten. Que los distintos puntos de vista os llenen el corazón hasta sentiros identificados.

Haced vuestro este viaje.

Luminiscencia [2021]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora