Esa noche.

LUKI. hija de ciervo.

Sky ve llegar a Ray y ambos luchan contra el impulso de soltar la sonrisa llena de complicidad que tanto quieren esbozar. Cameron, que estaba sentado en el banco al lado de Sky, baja sabiendo perfectamente que Ray se sentaría junto a ella.

Esos dos no son nada, pero tienen algo. Y eso les gusta.

Breg entra silbando y contoneandose al ritmo de un vals imaginario.

-Hola, guapa - le dice a Sky con una sonrisa - Hola, guapo. - a Ray.

Y cuando ve a Cameron viéndole con los ojos levemente entrecerrados, le saluda.

»Hola...guape.

-Ja, ja. Breg para comediante. - dice el can sin mucha gracia. El trigueño de ojos vendados ríe de esa forma pícara que solamente el sabe.

Luki pasa por la cocina sin siquiera posar su mirada en ellos, con su expresión de igualdad hacia todo y con pasos silencioso se pierde rumbo a la puerta delantera para salir de la casa.

Sky la mira con la cabeza levemente ladeada y antes de irse ve caer un trozo cuadrado de papel de la chaqueta de la pelirroja. En vista que no lo noto, la morena se levanta de su lugar, tomo el papel y la llama para regresarselo.

Pero Luki parece tan absorta en sus pensamientos que no muestra señal alguna de escucharla.

-¡Luki, se te cayó! - al bajar la mirada ve que el papel que recogió es una foto, un poco vieja y arrugada. -Oh...

En la foto hay un grupo de personas que no conoce ni ubica, la imagen está en blanco y negro pero el cabello rojizo de Luki sorpresivamente destaca de buena manera. Es ella entre un grupo de unas 8 personas de piel muy pálida, cabello oscuro y expresión extraña, intimidante y altiva. Miran a la cámara y más de uno deja mostrar un tatuaje plasmado en sus cuellos de una rosa o eso parece.

Antes de poder mirar a detalle cada persona en la fotografía, Sky se sobresalta al sentir la imagen ser arrebatada de sus dedos. Luki la mira con el seño sumamente fruncido y parece iracunda. Le da un empujón en el momento que es Sky busca explicarle que se le cayó y que planeaba devolvérsela.

La mirada de Luki sobre Sky es de desprecio puro. La mira como si ese trozo de papel sea lo más importante de su vida y Sky quería quitárselo o echarlo a perder.

El ambiente se empezó a volver más pesado y por suerte llega Breg y Ray a cortar la tención.

-¿Damos un paseo, muñeca? - dice el primero tomando los hombros de Sky con delicadeza y posando su cabeza en uno de ellos.

Ray se limita a poner una mano en el hombro de Luki. Parece que ella comprende el mensaje y se van rumbo escaleras arriba mientras que Breg y Sky van rumbo al patio trasero.

-¿Por qué ella es así? Es estresante como se cree tan superior a cualquiera que ni se digna a hablar conmigo. ¿Que se cree? ¿Que le sucede o que? Yo soy su reina, debería de mostrarme respeto.

-No hables mucho sin saber, bonita. - ambos van caminando rumbo al bosque que tienen como patio trasero.

Un suspiro por parte de la morena es la única respuesta mientras andan con las manos en los bolsillos.

En vista que el no conocer (o recordar) nada de los que viven con Sky, Breg decide apiadarse.

»A continuación, querida Sky, te contaré la historia de nuestra muñeca, Luki. - Breg le pasa un brazo por los hombros y una sonrisa de satisfacción sale de el cuando ve que se está cumpliendo lo que vió en sus visiones y empieza a relatar.

Hace muchos, muchísimos años...en realidad siglos. Un ser cruel e iracundo asesino a uno de los animales más venerados de todo Inframus: Un ciervo negro de cuernos dorados. El animal recibió la muerte más dolorosa, lenta y angustiante. Una flecha de obsidiana le atravesó el cuello y quedó tirado en un campo, reposando su cuerpo doliente en un lugar repleto de margaritas blancas. La sangre mancho la blancura de la flor y los quejidos del animal rompieron con el silencio perfecto del lugar donde fallecía.