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¿alguna vez escuchaste música, con gritos, acompañado de movimiento, junto a el ruidito irritable del tecladito con una pizca de chisitos siendo masticados? no sé si sí, no sé si no. ojalá que no.

julián estaba irritado, molesto, enojado, furioso y cualquier tipo de palabra que signifique algo malo. quería matar a alguien, no literalmente. pero no podía dejar de tener el ceño fruncido, rechinar los dientes, y a veces se llevaba sus nudillos a la boca, mordiendolos. estaba sentadito, como siempre, pero se preguntaba qué sucederia si se levantara, insultara a todos, golpeaba a gonzalo y saliera corriendo del infierno llamado "escuela".

era irascible, siempre lo fue. odiaba serlo, pero lo era.

miro con atención a montiel, el que comia chisitos. ¿por qué no se atragantaba con ellos y lo dejaba en paz? lo que lo enfurecia más, era el hecho de que el pibe ni se inmutaba a su fija mirada.

alvarez queria poder asesinar con la vista.

se apartó un poco su cabello castaño claro con fuerza, para que sergio no se le acercara, que se diera cuenta de que no estaba de humor. parecía ser viernes 13, porque el morocho se acercó igual de sonriente.

—¡hola, pa! ¡gonzaaa, ah! ¿cómo andan, qué cuentannn?

—tu muerte en un juicio si no cerras el ojete.

—¡BUEEE, JAJA! ¡nos levantamos violentos, juli!

no le causo gracia, pero al menos gonzalo finalmente se atraganto.

—bueno, bueno, eeeh... ¿qué les iba a-? ¡ah, sí sí! ¿trajeron el trabajo?

oh, sí. además del desastre que eran sus compañeros, el irascible se encontraba enojado porque sus amigas no habian venido. ni le avisaron y martina tenía que llevar la puta cartulina toda fea que les pidio la profe.

—no, mi grupo faltó, ¿sos ciego o boludo?

—las dos, ahre. qué mal, che. yo me re olvide, me la llevo a diciembre seguro. ¿y vo', monti?

"ahre", julián odiaba esa expresión con todo su ser.

—la tiene enzo.

—no lo nombres que aparece.

y no apareció, pero el prece sí. un hombre en forma, pero con cara de buenito se manifesto magicamente en el salón. los ojitos de alvarez se iluminaron con emoción, como si hubiera visto al mismisimo dieguito maradona. ¡al menos habia asistido el preceptor!

su prece era un hombrecillo amable y agradable, pero sabia poner limites. era la maestra miel de matilda aunque hombre, gay y argento con olor a carolina herrera.

—buenos días, pollitos. ¿cómo están? ¡sientense, a ver, silencio! —no tomaron asiento, pero se callaron— no van a tener biolOGIA- PERO, ¡EH! ¡pero dejenme hablar o les pongo actividad! ¡lo digo en serio, valentin! porque su profesora se tomó licencia. no, no sean chusmas. por hoy van a tener hora libre, hasta que encontremos suplente, ¿sí? ahora dejenme pasar lista. ¡lionel!

bien, ya no era viernes 13.

ahora julián estaba normal, feliz y sonriente. ya no iba a contar la muerte de el kun, no iba a bloquear a tini y tampoco tendria que entregar la cartulina toda fea. después de todo, era un día lluvioso, la profe de biologia no iría y podría retomar su lectura.

o eso creía.



nueve meses ┃  julian & enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora