nueve meses ┃ julian & enzo

O2

en el medio de la felicidad, el encuentro sucedió.

el castaño ya conocia a enzo, un chico sociable, con miles de amigos y pretendientes. cabello oscuro y dientes perfectos. actitud insoportable. julián no lo queria cerca, para nada. le tenia envidia, era un pibe popular y el castaño, sólo un simple estudiante más de esa secundaria toda fea.

por eso, cuando montiel le pegó un codazo y levanto la vista, viendo al chabón acercarse, le dieron ganas de escapar y no ser encontrado nunca más.

o dedicarle una mirada de furia.

no funcionó.

—hermosa mañana, ¿verdad? —imitó el morocho, saludando a sergio y gonzalo. le tendió la mano a alvarez, pero este volvió a su lectura.

—yyy, no vamos a tener biologia.

—mejor, no soporto a la profe, re gede.

—a mí me gustaba, sólo que ustedes son un par de vagos.

sergio y gonza se sumergieron en una discusión sobre si la materia era una poronga o la docente era el problema, lo cual le dio camino libre a enzo para poder hablar con julian. arrastró una silla hasta el extremo de la mesa, teniendo al castaño más cerca.

tenia el ceño fruncido y los labios moviendose muy sutilmente, casi imperceptible.

—¿qué lees?

—qué te importa.

—que lees.

esta vez, bajo el libro y se quedó mirando la campera roja y negra que llevaba fernandez.

—el gato que amaba los libros.

—¿de qué trata, a ver?

volvió su vista al libro.

—leelo si queres saber.

—¿me lo prestas?

—ni en pedo. además, vos no lees.

—¡eeeeh, quién dijo que no! que vaya de parranda no significa no poder leer, me gusta a mí... y los gatos también. ¿tenés gatos?

juli se rindió, no podia asombrarse de que yuzuki podia ver al michi magico si tenia a un pesado preguntandole cosas. volvió a bajar el libro, esta vez cerrandolo y se quedó mirando la mesa.

—sí. ¿por qué me estás hablando?

—yo también, uno. se llama pitusa, es obeso. lo llevo al veterinario todos los jueves, así le chequean el peso, viste.

—¿por qué me estás hablando? —volvió a pregunatar.

—¿te gustan las pitusas? —asintió, extrañado— bueno, chau.

de la nada, se levantó y rapidamente puso la silla en su lugar. de reojo, julian pudó divisar como iba y se sentaba con sus amigos de nuevo, tomando cartas del uno.

tomó el libro de nuevo.