❛ i wi𝘀𝗵 𝗶 ﹙julián x enzo﹚

━━ O1.

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─ meses antes

Álvarez se encontraba recostado al hombro de su mejor amigo luego de la clase de educación física.

Su cuerpecito estaba cansado de haberle dado tres vueltas a la cancha de fútbol, mientras, Enzo estaba como si nada, pero era casi que obvio.

Uno tenía porte de atleta y el otro, bueno, le gustaba mucho asistir a sus clases de fotografía.

Julián era fan de descansar de esa manera luego de las clases, principalmente porque Enzo le daba paz.

El mayor giró su cabeza, viendo como el otro se recostaba sobre su hombro, respirando agitadamente debido a la actividad física realizada.

──Tengo que decirte algo── le dijo al menor.

Sin moverse mucho, se acomodó mejor para poder verlo de manera que se diera cuenta de que le estaba poniendo atención.

──Te escucho── le respondió a Enzo.

Tomó una botella de agua y la llevó a su boca, el agua se sintió muy refrescante.

──¿Recuerdas a Valentina?──la garganta del menor hizo un sonido, haciendo entender a Enzo que recordaba quién era.

El pelinegro lo pensó antes de decirlo, dejando a Álvarez en una total intriga, la cual Enzo sabía que odiaba.

Y finalmente habló──. La invité a salir.

Álvarez prácticamente escupió el agua, aquello fue un golpe directo para él.

Sabía que en cualquier momento pasaría, pero no estaba preparado mentalmente para ello en ese momento.

Enzo le observaba confundido, jamás pensó que reaccionaría de esa manera, pero le ayudó a que el otro no terminara ahogado.

Julián había sido su mejor amigo desde toda la vida y pensó que se pondría feliz por ello, pero más bien, le confundió su reacción ante sus palabras.

Quizá no debió decirle, o quizá sí.

──¿Estás bien, Juli?── preguntó el mayor cuando Julián estuvo mejor.

──Estoy bien, estoy bien── respondió el castaño.

Estaba anonadado, no le molestaba, Enzo podía hacer lo que le diera la gana, pero algo en él se rompió un poco y aún sí tenía que mostrarse feliz por su mejor amigo, porque se supone que tenía que estarlo. ¿No?

Tampoco es que quería que Enzo se diera cuenta de que le gustaba.

Temía que sí eso pasara, el otro se alejara, o dejaran de ser amigos.

Suponía que dejarlo en la friendzone dolería menos que perder su amistad con Enzo.

Pero igual no lo haría, no dañaría aquello que construyeron juntos durante años, no se lo permitiría.

──Qué bueno que la hayas invitado a salir.

──No es todo, Ju.

El menor abrió sus ojos un poco más, esperando que el otro continuara con la historia.

── Ella me dijo que sí── continuó. Álvarez se hundía poco a poco y sentía que estaba perdiendo a su amigo, pero tenía que seguir feliz ──. Saldremos hoy, de hecho.

Pero aún con un nudo en su garganta, era necesario decir algo, no ser de dar indicios de que algo malo le ocurría.

──Espero que te vaya muy bien.── decía Julián pero esas palabras realmente le dolían.

Se había acostumbrado a que su amigo sólo tuviese ojos para él y nadie más, sabía que estaba mal, pero igual aceptó eso.

──Gracias, Juli── Enzo sonrió.

Lo tomó y lo abrazó. Julián simplemente correspondió al abrazo, pues no lo dejaría colgando, era su mejor amigo luego de todo y lo amaba.

Enzo por inercia y además porque lo conocía, sabía que, a pesar de su buena cara, él no estaba del todo feliz, pero vió aquel esfuerzo que hizo por estarlo y lo cual lo reconfortó.

Pero también lo dejó con muchas dudas del por qué de la reacción del castaño entre sus brazos, le llenó la cabeza de muchísimas preguntas.

Por otra parte, Álvarez necesitaba que él se fuera, quería ir a encerrarse en el baño sólo a estar triste sin que nadie más lo molestara, pero tampoco quería parecer que estaba echando a su amigo, así que sólo siguió.

──Tengo que estar listo antes de las cuatro- dijo Enzo rompiendo el abrazo que formaban hace unos segundos──. Me voy, Juli. ¡Deséame suerte!── gritó a lo lejos, corriendo y desapareciendo de la vista del menor.

──Suerte...──suspiró al estar solo finalmente.

Pero la suerte era más para el menor, Enzo era todo un galán, y Julián tan sólo estaba bajo su sombra, lo que no le importaba pero lo acostumbró a nunca estar sólo.

Como ahora.

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