-𝐔𝐧 𝐒𝐮𝐞𝐧̃𝐨 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐨-
No supo en qué lugar estaba, todo a su alrededor no era nada más que una profunda y sospechosa oscuridad. No podía moverse, o al menos no podía mover todo su cuerpo. Con un pequeño movimiento de sus manos pudo sentir la tela de las sábanas rozar contra sus dedos, al parecer estaba recostado sobre su cama, pero cuando intentó levantar la cabeza para ver sus piernas, fue inútil, no podía hacerlo.
De pronto una extraña precion se sintió a los pies de la cama. El miedo comenzó a crecer rápidamente, Trago saliba y cerró los ojos fuertemente para que aquello que se estaba hacercando, de la misma nada, desapareciera.
Pero no pasó eso.
Sus ojos se abrieron por instinto, y observaron el cuerpo del intruso que lo estaba aplastando, trato de ver su rostro, pero no pudo ver mucho. Tan solo se podían apreciar algunos mechones de cabello, su piel oscura y sus labios torcidos en una sonrisa divertida.
Sintio como el desconocido sostenia sus manos y comenzaba a aproximarse hacia su cuello, al sentir sus labios sobre su piel se tenso completamente. ¿Que demonios estaba pasando?. Tal parecía que no era un sueño aterrador como había estado pensando desde un principio, pero igualmente se sentía asustado y confundido, aquel sueño no le estaba gustando para nada.
Al cabo de unos segundos el desconocido ya había repartido varios besos al rededor de su cuello, pero aquello no parecía ser lo único que planeaba hacerle.
Se estremeció al sentir la humeda lengua del desconocido sobre su piel, y la situación empeoró cuando comenzó a succionar esa zona. Estaba aterrorizado, sobre todo porque sabía que era un hombre el que lo tocaba, y no quería ser violado, pero algo más estaba pasando y ahora se estaba dando cuenta de ello, estaba comenzando a disfrutar lo que hacía y por la manera contradictoria en la que estaba reaccionando su cuerpo, sentía satisfacción, a diferencia de su mente que aún razonaba y sabia que aquello era muy malo.
Todo se fue a la mierda cuando vio que el extraño se enderesaba y con ello se hacía presente el peso del desconocido sobre su entrepierna. Sabia bien lo que estaba ocurriendo, pero seguía sin poder moverse y comenzaba a dudar si realmente quería hacerlo.
Comenzó a rozar su tracero sobre su entrepierna y vaya que le estaba gustando, aunque trataba y luchaba porque no fuera así. Se dio cuenta de que pudo moverse únicamente cuando vio sus manos sobre las caderas del chico, ahora que tenía una vista más completa, parecía tentador, su cuerpo era realmente agradable a la vista y era malditamente tentador.
Comenzó a mover sus caderas en círculo y luego a dar saltitos. A este punto el simplemente dejaba salir unos cuantos jadeos y suspiros.
Había comenzado a acariciar el abdomen del joven cediendo a la tentación y a lo que le demandaba su cuerpo.
Ahora el estaba sobre el chico, repartiendo un montón de besos húmedos en su cuello mientras metía una de sus manos bajo la camiseta de este y acariciaba con sus frías manos el ardiente cuerpo del extraño. Mordió ligeramente su cuello para recibir el respuesta un encantador gemido.
—B-enjamyn.
Pronunció aquel chico sorprendiendo al nombrado.
Nadie había hablado hasta ese entonces y cuando se atrevió a levantarse para mirarlo a la cara se quedó estupefacto. Pudo ver su expresión lujuriosa, pero eso no fue lo que le sorprendió, lo que realmente lo dejó perplejo fue ver a su mejor amigo bajo su cuerpo.
Se levantó de la cama desesperado.
No había nadie y el sonido de la alarma lo había despertado. Todo aquello no habia sido más que un sueño, pero se había sentido tan real, y aún sentía los besos que le habían repartido por el cuello y sobre todo el hormigueo en las partes donde deberían de estar los chupones.
Culpaba a las hormonas y la maldita pubertad. Había soñado antes con ese tipo de cosas, pero siempre era con chicas, y nunca alcanzaba a hacer mucho, jamás se había sentido tan bien y quizás había sido por una nueva carne y distinta a las demás, no era una rubia o pelirroja sexy, si no un chico amigable, atractivo y lujurioso, pero, ¿por qué necesariamente tenía que haber sido su amigo?. Quizá había estado pensando mucho en él, pero eso no explicaba haber tenido un sueño húmedo en donde trataba de devorarlo, por así decirlo.
Se pasó la mano por el cuello tomándose un tiempo para recordar lo que podía de ese sueño, sobre todo los húmedos y calientes besos que había repartido en la piel del más bajó. Cielos, era malditamente aterrador, pero muy satisfactorio.
Sabia que su amigo estaba despierto, podía sentir como su cuerpo le rogaba que terminara con esa maldita tortura, rogaba por recibir algún tipo de placer, pero masturbarse pensando en su amigo no iba a ser algo bueno y más tarde se lamentaria por eso. Estaba seguro de que no podría mirarlo.
Dejo salir un suspiró pesado para frotar el bulto en su entrepierna sintiendo lo duro que estaba y lo fácil que era hacer que su respiración se agitara a ese punto. Y otra vez. Cielos, se sentía increíble, pero ahora deseaba no haber terminado ese sueño de aquella manera.
Se detuvo por un segundo para cerrar la puerta de su habitación con pestillo y retomar lo que estaba haciendo, le llevaría algo de tiempo y aunque quizás su madre ya se hubiera ido a trabajar se aseguraría de no ser descubierto.
Tomo su miembro bajo la tela de sus boxers para continuar masturbándose mientras recordaba su sueño y una que otras veces se imaginaba múltiples escenas estupidas en donde él y su amigo se divertían.
Julio sobre su entrepierna moviendo sus caderas de esa forma tan complaciente.
Julio entre sus brazos mientras el repartía uno que otros ardientes besos por su abdomen.
Julio retorciéndose y arqueando la espalda al recibirlo constantemente.
Julio exhausto y completamente agotado después de tanto movimiento.
Bien, ya había sido suficiente.
Al terminar optó por tomar una caja de pañuelos que guardaba en su mesita de noche junto a medicamentos para cuando se resfriara.
Limpio el desastre que había dejado y tomó una toalla para irse directo al baño. Necesitaba un baño. Enfriaria su mente y su cuerpo, lo necesitaba. Además no andaría sucio todo el día, devia de ir a al liceo, sus estudios eran lo primordial.
–☕︎–
Había llegado algo tarde al liceo, se había tomado su tiempo el la ducha. Sin apuros, solo era él y el agua fría existiendo dentro de la tina. No hubieron más pensamientos eróticos luego de ese baño, el agua fría literalmente se había encargado de acabar por completo el fuego de la lujuria. Deveria usarlo más seguido, pero, claramente para evitar tener que volver a tocarse pensando en su amigo o una chica, comenzaba a repugnarse al recordar su comportamiento y sus acciones. La excusa de que estaba creciendo y las hormonas causaban todo este problema, comenzaba a fastidiarlo, odiaba ceder ante tal estupidez, pero era consciente de que era la verdad.
Quizás luego olvidaría a su amigo y ese pequeño problemita.
Claramente se le hizo difícil ver a su amigo ese día, pero pudo manejarlo, a duras penas, pero pudo hacerlo. Y una que otras veces tubo que resistirse a ponerle las manos encima, a veces sentía que podía volver a ponerlo a su merced, pero demonios, estaban en medio del patio del liceo y rodeados de más pubertos y mirones, además aquello ya no era un sueño, estaba despierto y sabia que Julio probablemente lo golpearía si intentara ponerle una mano encima o tocarlo de manera indebida. Además, no olvidemos que el moreno tiene novia.
Así es, se sentía aún peor sabiendo aquello.
—malditas hormonas.
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Esᴛᴏʏ Eɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏ || J×B
ФанфикшнJulio es un joven castaño de 14 años que creía, hasta sierto tiempo, ser atraído por las bellas y jóvenes hermosas de su mismo colegio, grado o edad, aunque aquello no era tan importante para él. Un día soleado, ese día un compañero de curso salió j...
