CAPITULO 7

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Por la mañana, H descubre que no se arrepiente de nada. Con la forma en que ha sido criada, esto es sorprendente. Durante mucho tiempo, pensó que era la que tenía la sangre mala, podrida y malvada dentro de ella. Cuando finalmente descubrió  que él era el que tenía la sangre podrida, fue una revelación. Su padre podría ser un fanático religioso narcisista que no vio nada más allá de su arrogancia, pero los hijos no son sus padres. No soy él, tiene que recordarse a sí misma, que nunca seré él.

Durante tanto tiempo, creyó que sus deseos la estaban arruinando. Pensó que todas las cosas que quería, nunca las recibiría. Pensó que no había nada dentro de ella más que miedo. Se crio como ganado, conservada para el comprador que viene por matanza. Dulce e inocente. Virgen. Su padre había levantado los puños y amenazado hasta que se puso azul en la cara, será mejor que me consigas el valor de mi dinero, jovencita. Habría estado feliz de entregárla a un hombre extraño que la violara y la quemara, siempre y cuando el hombre le pagara generosamente por ello. Nunca escondió lo que pensaba de ella. No estaba allí para ser amada, no estaba allí para ser la dulce niña de papá, estaba allí para ser utilizada y abusada, y luego vendida al mejor postor.

Ah, bueno, piensa mientras se da la vuelta en los brazos de Louis y se frota los ojos para eliminar el rastro del sueño.El todavía está durmiendo. Se acerca lo más posible a él, con las narices tocándose. Sonríe con cariño. Y luego empieza a salpicarle la cara con pequeños besos.El se queja de ellos, pero no se despierta. Se remueve en sus brazos y crea todo el caos que pueda. Todavía así él no se despierta. Así que se levanta y lo deja en la cama.

Se ducha y se viste con su conjunto de pijama favorito. Azul pastel. Hace una taza de café y se instala en el sofá para estudiar para la clase. Solo puede concentrarse durante media hora antes de distraerse demasiado pensando en lo de anoche. Los escalofríos corren por su cuerpo. Se pone los auriculares y escucha música mientras recorre su apartamento, limpiando y arreglando todo. Otra media hora pasa. Cree que es tiempo suficiente para que Louis ya despierte.

Vuelve a su habitación, esta vez decidida a despertarlo. Se sube a él y se sienta en sus caderas. Besa su bonita cara, su frente, sus párpados, sus mejillas, sus labios. Poco a poco, empieza a despertar. Tiene una débil sonrisa en los labios.

"buenos días" dice, voz profunda y grave, haciendo que se moje.

"buenos dias papi".

Lo siente temblar debajo de ella. Es bueno conocer su efecto en el.

"Me limpiaste anoche," dice ella.

"Por supuesto, bebe."

"Me gusta cuando me cuidas."

"A mí también me gusta."

"Hay una cosa de la que no te ocupaste anoche."

"¿Qué cosa, amor?"

Se acerca lo más posible a su cara y susurra: "no me follaste."

El hace un puchero burlándose: "oh, a la pobre bebé no la follaron, qué injusto."

Su tono la excita aún mas, disfruta de la tortura. Mueven sus caderas contra él.

"bebe traviesa," dice, "deja de moverte."

Y se detiene.

"Con ganas de seguir  órdenes esta mañana, ¿eh?"

Asintió con la cabeza con impaciencia, sus rizos rebotando.

"Consígueme una de tus bonitas bufandas de seda que te guste envolver alrededor de tu cuello."

Se tropieza al ponerse de pie y seguir la orden. Cuando vuelve con la bufanda en  mano, descubre que Louis se ha sentado contra la cabecera. Observándola.

She howls as she dances l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora