Francisco Vóigt es alto, con cabello rubio y ojos verdes. Aluminé Doulles es baja, con cabello pelirrojo, ojos azules y un gran cuerpo.
Ese maldito sonido... ¿Qué será? Y ¿por qué no para ya?
El reloj.
Abro los ojos, la misma habitación de hace unas horas, todo sigue en su lugar, miro el reloj, 8:30.
-¡¿Ya son las 8:30?! Mierda, llegaré tarde.-Murmuro con irritación.
Me coloqué mi blusa negra favorita y unos jeans un tanto ajustados azules, ropa sencilla y cómoda. Honestamente nunca fui de fijarme mucho en lo que uso.
Fui hasta la parada del autobús y estuve unos minutos hasta que el mismo llegara, gracias a dios no había mucho tráfico. Brick by brick comenzó a sonar en el momento en el que llegué al instituto. Era mucho más grande de lo que me esperaba.
Entré lo más rápido que pude y fui a la secretaría a buscar mis horarios, para mi mala suerte, está cerrada.
Creí haber oído a alguien decir algo a mis espaldas. Me di media vuelta y un chico un poco más alto que yo, con cabello negro y ojos del mismo color, apareció atrás mío. Me sobresalté ya que pensaba que estaba sola.
-Perdona, no quería asustarte.- Se disculpó el extraño.
-N-no me asustaste, tranquilo, simplemente creí estar sola aquí.- Dije tímidamente.
-Hey, buscas los horarios de clase, ¿verdad?- Preguntó con voz dulce.
-Hm, sí...- Dije un poco nerviosa.
-Se encuentran luego del gimnasio, ¿Quieres que te acompañe? Por cierto, mi nombre es Eliott, pero puedes decirme Eli.-
-Oh.. Sería genial que me acompañaras, el mío Melanie.
No puedo creerlo, es la primera vez que interactúo con alguien sin salir corriendo a los segundos de iniciar la conversación.
Empezamos a hablar de nuestros gustos musicales, libros y demás. Teníamos millones de cosas en común, era impresionante.
Además era un tanto apuesto, su ronca voz me sacó de mis pensamientos.
-Entonces.. Melanie, dime, ¿De dónde eres? -
-Ahh.. emm... De Brookyln. ¿Y tú?
-Ámsterdam, un poco lejos. - Dijo riéndo. Le dediqué una pequeña y cálida sonrisa.
Problablemente este chico sería la única persona en el instituto con el cual me dirigiera la palabra.
Pasamos a través del gimnasio, era exageradamente grande. Chicos jugando basketball, olor a sudor y muchos gritos inundaban el lugar.
Como si estar llegando tarde en mi primer día de clases no fuera lo suficiente frustrante, alguien cayó literalmente encima mío.
¿Es en serio?-Susurré disgustada mientras trataba de recuperar mi compostura.
-¿Estás bien? Mira por donde vas, gran idiota.- Le dijo con rabia a quien fuera que se había caído sobre mí .
Unos segundos después, ese alguien, quien resultaba ser un chico sólo un poco más alto que Eliott, se levantó y sus ojos marrones recorrieron mi cuerpo de arriba a abajo.
La manera en la que me miraba hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.
- Perdóname princesa, ¿Estás bien?- Dijo sonriendo arrogantemente, tenía una hermosa sonrisa.
-S-sí, estoy bien, no ha sido nada. - Dije tartamudeando, observando la forma en la que sus labios se movían con cada palabra que articulaba. Demonios Melina, ¿Tartamudear hablando con un chico apuesto y para colmo quedarse como idiota mirando su boca? ¿Es enserio?
-Oh, claro, hola Eliott, qué curioso un idiota como tú, con una chica tan hermosa como Murmuró con tono de burla mientras me guiñaba el ojo.
En instantes sentí la sangre subir a mis mejillas, genial, primero tartamudeaba y luego me sonrojaba por un simple comentario.
-Hola Ian, un gusto verte a ti también- Dijo con notable sarcasmo en su voz.- ¿Vamos?
Asentí y rápidamente le seguí el paso, ¿Qué rayos acababa de pasar? ¿Por qué se trataban de esa manera tna desagradable?
-Escucha, pareces una persona agradable. Mantente al margen de ese chico y sus amigos, son personas increíblemente idiotas y muy desagradables, no harán más que herirte.-
Supuse que si Eliott me lo decía era por una buena razón, pero algo dentro de mí me pedía a gritos conocer a este "Ian".
Llegamos al otro lado del gimnasio, Eliott me dio mis horarios y partió a su aula, yo hice lo mismo.
Al entrar al no podía creer lo que estaba viendo... Tenía que ser una broma.
