Velo

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Los ojos de Bin siguieron la silueta de Sanha y fue en ese momento que su corazón dejó de latir por un segundo. No sabe qué provocó el cambio, tal vez fue la manera en la que las luces estaban acomodadas por todo el lugar y creaban un ambiente angelical o tal vez fue la manera en la que el vestuario contrastaba drásticamente con su cabello color tinta, pero ahora que Bin se dio cuenta es como si el velo que cubría sus ojos se hubiera eliminado y pudiera ver claramente.

Los ojos de Bin trazan la longitud de los hombros anchos y traga con fuerza, híper consciente de la persona que está a unos metros de él. En retrospectiva, Bin sabía que Sanha había dejado de ser un bebé hace mucho tiempo, era como un pensamiento que estaba en segundo plano en su mente, sin embargo nunca le prestó mucha atención, se habían conocido por más de diez años, casi la mitad de su vida; había visto a todos sus miembros crecer, dejar la adolescencia detrás y dar paso a la madurez y nunca había pensado mucho en eso. Al vivir día y noche con las mismas personas esos detalles se pierden y no te das cuenta de ellos hasta que alguien ajeno a la dinámica decide mostrártelo.

Bin sabía que Sanha había pasado por lo mismo desde hace años, pero todavía había momentos en los que Bin vislumbraba al niño de doce años que había caminado a través de la puerta de la sala de prácticas por primera vez con sus lentes rojos demasiado grandes para su rostro, al niño que su sonrisa estaba adornada con metal y colores brillantes y se tropezaba con sus palabras cuando se presentó frente a los aprendices por primera vez. En esos momentos Bin todavía veía a Sanha como un bebé, un hermanito que todavía estaba aprendiendo del mundo y debía de tratarse con cariño pero con mano firme.

Ahora, mientras Bin pasaba su mirada por la curvatura de la espalda del otro se pregunta cuándo quedó atrás ese niño y dio paso al hombre que tiene frente a él. Sus fans lo habían señalado desde el debut de su sub unidad, cómo Sanha había dejado atrás la apariencia infantil, su grasa de bebé y cómo estaba empezando a madurar y convertirse en un adulto, pero Bin nunca había entendido sus comentarios. Nunca, hasta este momento, eso es.

Ahora no puede evitar estar de acuerdo con esos comentarios, no cuando sus ojos deciden hacer un viaje por una cara alargada y hacer un descenso por unas mejillas ya no con grasa de bebé, sino delineadas y con pómulos prominentes, bajar hasta una mandíbula afilada y detenerse en un cuello grueso oculto detrás de blanco.

Las manos de Bin empiezan a sudar cuando su mirada baja más, deteniéndose un momento demasiado largo en el que Bin no quiere ahorrarle un pensamiento, prefiriendo enfocarse en la manera en la que el chaleco blanco se expande y tensa en donde el cuello de Sanha da paso a sus hombros, y Bin siente cómo su corazón se salta un latido cuando los hombros dan paso a unos brazos largos y definidos.

¿Esos músculos estuvieron ahí todo ese tiempo? Bin no sabe la respuesta, pero ahora que se dio cuenta es imposible pasarlo por alto. Los brazos de Sanha habían dejado de ser flacos y delicados como una ramita y ahora daban paso a unos brazos con músculo, bíceps definidos y curvas en los lugares correctos, su mente se enfoca demasiado en el lazo envuelto alrededor de su brazo derecho debajo de su bícep. La garganta de Bin se seca cuando se enfoca en una cintura demasiado estrecha y delineada por un fajo de tela blanco. Las largas piernas era una vista común para Bin, lo que no era común era la manera en la que el pantalón se tensaba contra los muslos de Sanha y dejaban ver la manera correcta en la que los llenaba.

El traje de Sanha era completamente blanco, y de alguna manera, junto con el fondo blanco y su cabello color tinta hacía que todo su cuerpo resaltara aún más de la mejor manera, haciéndole imposible a Bin enfocarse en otra cosa.

Bin no sabe qué provocó el cambio, pero ahora que ha sucedido, sabe que no hay vuelta atrás.


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