⨳ primera parte.

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Kim SeungMin observó alrededor de la sala de conferencias, esperando por una de las habituales crisis nerviosas de su jefa luego de terminar de hablar con los demás publicistas de la agencia

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Kim SeungMin observó alrededor de la sala de conferencias, esperando por una de las habituales crisis nerviosas de su jefa luego de terminar de hablar con los demás publicistas de la agencia.

Pasaban los años y nada había cambiado, llevaba cerca de tres años trabajando para esa mujer del diablo, la conocía mejor que su propia familia, pero no es que aquello le hubiese servido alguna vez.

Al ingresar a la empresa el postuló al cargo de asistente, creyendo ciegamente que siendo alguien competente no debía ser algo difícil llegar a alcanzar un cargo más alto después de algún tiempo.

El asunto es que después de tres largos años, siendo insultado, ninguneado, y de prácticamente haber sido utilizado como un trapo para limpiar el piso, él seguía siendo un jodido asistente, y estaba convencido de que la jodida mujer por nada del mundo lo soltaría y dejaría ir para tener otro puesto.

Lo había intentado ya muchas veces sin éxito, era como si aquella odiosa mujer le hubiese meado encima, haciéndole saber a cualquier otro publicista que estaría totalmente jodido si tomaba a SeungMin como su asistente, haciéndole imposible la tarea de encontrar trabajo en otro lugar.

En todas las entrevistas a las que había asistido había sido rechazado y sólo tuvo que ver las expresiones de espanto en el rostro de aquellos directivos al ver su currículum para saber que ella había tenido algo que ver con esos rechazos.

Bang YeJi podía espantar al mismísimo diablo si se lo proponía, y bueno, SeungMin necesitaba el dinero para vivir, por lo que habiendo ya asumido que no tenía más opciones, se había dedicado a continuar siendo el muñeco de tela de su jefa.

Ella parecía enfadada con el mundo, con la vida en general, y mostraba claros síntomas de una vida sexual y afectiva poco plena, por decirlo de una manera dulce, y la gran mayoría del personal no entendía como podía ser eso posible teniendo como marido a un hombre que parecía haber sido tallado por los dioses en lugar de haber nacido de manera convencional.

De igual manera, SeungMin podía confirmar que la vida sexual de la mujer era pésima, por no decir inexistente, porque reconocía los síntomas como los suyos propios.

Y es que SeungMin no tenía una vida sexual, una vida afectiva y tampoco vida social, en realidad, él no tenía una vida en absoluto.

No era un experto en vidas, pero si incluso alguien como él, que no tenía una vida, podía ver lo fea que era la vida de alguien más, es porque era simplemente demasiado evidente lo mala que esta era.

Sus mínimos tiempos libres se reducían a ver repeticiones de conciertos antiguos de Day6, y a engullir sopas instantáneas.

Tal vez él terminaría igual que YeJi, sólo que sin dinero, poder, y definitivamente sin un marido guapo.

Sus pensamientos viajaron hasta él marido de ensueño, sintiendo de pronto lástima por él pobre infeliz.

Igualmente, no es como que lo hubiesen forzado a casarse, él decidió por libre elección emparejarse con esa mujer loca por alguna razón que SeungMin desconocía.

twisted ✰ seungchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora