Era en una mañana de Julio de 1679, un capitán pirata muy infame llamado Kalas y apodado por los demás como "Colmillos despiadados", por su particular forma de luchar que se caracterizaba por el uso de 2 dagas curvas, tomaba un descanso junto a su tripulación en la taberna local de su pueblo natal, Rauson. Ellos acababan de saquear un desafortunado barco que transportaba bienes hacia Francia. Kalas era alguien despiadado, audaz, tenaz, con capacidades extraordinarias y con un liderazgo sobresaliente. Su nombre influía terror entre los más adinerados y prestigiosos comerciantes, que solían ser víctimas de sus feroces asaltos. Su barco era un bergantín de 14 cañones, de velas rojas y adornada con calaveras de plata, bautizada como "La Cegadora de almas". Pasaron incontables aventuras junto a este navío.
Kalas disfrutaba de un licor, especialidad de la taberna, hasta que cierta conversación entre dos individuos anónimos atrajo su atención:
-Oye, ¿Has oído hablar sobre la fragata errante? Dicen que transporta incalculables riquezas hacia un destino desconocido.
-Si, he escuchado hablar de ella, aparece en el Mar Triturahuesos cuando el sol toca la superficie del mar en el horizonte. Pero junto a ella, también aparece una bestial serpiente marina llamada Leviatán.
-Sería un suicidio intentar robar los tesoros de esa fragata con semejante monstruo nadando a su lado.
-Incluso hay gente que dice que si está bajo amenaza puede retroceder el tiempo, qué tontería, como si hubiera alguien que se le acerque.
Kalas, más que atemorizado, se vio intrigado e incluso emocionado y entusiasmado. Terminó su licor, se levantó y ordenó a su tripulación que volvieran al barco para contarles su atrevida idea. Al principio, algunos de ellos tenían miedo, a pesar de el coraje que su capitán les daba. Pero Kalas les recordó que donde haya un tesoro abundante, ellos estarían allí. Los piratas, al final convencidos y llenos de valentía, aceptaron ir a reclamar el tesoro de la fragata errante como suyo, serían los primeros que habrían conquistado ese tesoro de fantasía y dominado a Leviatán. Sin más demora, partieron hacia el Mar Triturahuesos.