-CAPÍTULO 2: AMOR CONSUMADO-

10 0 0
                                    


___________________________________
LUNES 6 DE SEPTIEMBRE DE 1475


Ha pasado días que fue el tratado de paz y la invocación de Érone, las personas hacen sus labores como si no hubiese pasado nada. La mayoría están reparando las casas que quedaron por reconstruir, las murallas de piedra que rodea la aldea están terminadas, los cuerpos se han movido y la sangre se ha limpiado. Aun arreglando todo esto, la tensión sigue en el aire, después de la tormenta, el trato, sigue esa vibra entre nosotros.

Me he reunido con mis amigos para conversar y pasar un tiempo en una colina cerca bajo un árbol. Hugh nos ha estado contando alguna que otra cosa que pasa en el reino, Amice sobre la granja que tiene, yo solo he seguido cortando leña para vender.

–Se siente fresco hoy, ¿no?- pregunta Amice aspirando profundo.

–Sí, es curioso que en estos meses del año no suele sentirse así- responde Hugh.

–Pregunta, ¿Qué prefieren, verano o invierno?-.

–Mmm... Me gusta el verano, al tomar agua fresca se siente maravilloso en días calurosos, aunque no me gusta sudar- responde Amice.

–El verano no tanto, también concuerdo del agua fresca. Pero el invierno me agrada más, te puedes dormir tapado y contento- responde Hugh.

–¡Oh, sí! Eso es lo que me encanta del invierno- corresponde ella.

–Estoy entre ambos, lo que han dicho es lo que destaco de ambas temporadas- concluyo con mi respuesta. Hemos tenido esta pregunta varias veces ya que no se nos ocurre otra cosa por decir, terminamos con las mismas respuestas. Pasando un tiempo, nos hemos puesto a reflexionar de todo lo ocurrido, el Rey Asmodeus, el Árbol de Gehena, Érone, evité tocar el tema de lo que me hicieron las Hienas, quedando serios y discutiendo durante largo tiempo.


El sol se metió, la luna nos saluda en el cielo, nos hemos ido a nuestras casas a descansar. Llegando a mi cuarto, me acuesto en mi cama y quedo pensando en esa mujer demonio, la luz nocturna en la ventana entra. Llevo varias noches con ella en mi mente, no se ha quitado por más que lo intente, mi corazón late fuerte al tenerla en mis sueños. Puede que sea culpa de esas Hienas que esté teniendo estos momentos cuando quiero dormir, pero, es Érone quien domina mi cabeza.

–Pobrecito, mi querido- dice una voz, me levanto de golpe para ver quién fue, pero todo está oscuro.

–¡¿Quién es?, muéstrate!- pregunté viendo mi alrededor. Suenan unas pisadas en la esquina de mi habitación.

–Ay, tontito, pues soy yo, ¿no me recuerdas? es la Hiena del pelaje como una hiena que me tocó en el día de la invocación... Dios, me dio escalofríos de solo recordar eso.

–¿Qué haces tú aquí?, lárgate-

–No vine a masajear tu zona privada, aunque sí me gustaría...- me responde mientras tiene un dedo en su labio.

–No te me acerques, yo, ah, estoy armado- agarré un palo que tenía cerca de mí, espera, ¿por qué un palo aquí?.

–¡Ay, tranquilízate! por un santo- actúa como humana... ¿Qué diablos es ella?

–¿A qué viniste?, responde o te corro de aquí a la fuerza- apunté el palo hacia la Hiena.

–Querré una noche juntos, déjame sentarme, por favorcito- me dijo, no le quito la vista de encima, me hago a un lado para que se siente en mi cama y me aparto de ella.

–Pero te vas después- le advertí.

–Sí, sí, sí- no le importó lo que le dije.

–Gracias. Ay, qué cómoda cama. Te cuento, te he estado viendo estas noches, lo que sueñas, piensas. Dime una cosa, ¿tienes fantasías eróticas con alguna de nosotras?- me hace una pregunta directo al asunto.

ACT I: Ascendancy | OFICIALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora