ACT I: Ascendancy | OFICIAL

-CAPÍTULO 3: RECUERDOS-

–PARTE 2–
–ÉRONE: AMOR–

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Los humanos son tan... Interesantes. Cómo es que sobrevivieron a pesar de todo lo que su "ser divino" les provocó. Tratándolos como roedores, como juguetes. Adán, el pecado de Eva, los Dioses del Imperio Egipto, el Arca de Noé, Guerra de Troya, Torre de Babel, destrucción, conquistas, nacimientos, muertes, imperios, reinos, eras, profecías, creencias. Todo esto se dio hasta conocer a su legítimo hombre que todos adoran y aman, la mujer, Virgen Mahría dio a luz gracias a la Bendición del Espíritu Santo, cuya religión se heredó durante toda la eternidad, es quien se convirtió en el todopoderoso que buscaban por tantos años, su querido, Jesús de Nazáth.

Este hombre, es quien dio el gran giro a toda la historia para estos humanos, lo trataban como rey, él era una persona humilde, no quiere recibir por lo que hace, él quiere estar con todos sus hermanos y hermanas, quiere brindarles una mejor vida. A pesar de su conocimiento, enseñanzas, su fe, obtuvo sus habilidades, eso los llamó "milagros", convirtiéndose en el ser más poderoso del mundo.

El amor y fe que él tiene ante todos, ha hecho que este hombre sea una religión, en quien confiar y creer, pensó en qué puede hacer para que ellos sean fieles a su nombre, haciendo "Los Diez Mandamientos", amar a Dios, no tomar su nombre en vano, santificar, honrar a nuestros padres, no matar, no actos impuros. Esto ha hecho que todos sus creyentes sigan su paso y vayan con él. No cometer algo que para nuestros oídos es un halago, esa palabra es el "pecado".

Jesús perdona a todo hombre y mujer para cuando yace, vayan al cielo, ahí podrá descansar en paz, el paraíso que uno buscaba, ahí está, mientras esté arriba, podrá ver a sus antepasados y observar a sus descendientes, y que todo ser no caiga a donde vivimos para que no pase por un camino de fuego y dolor por su eternidad, el "infierno", con eso, todo aquél oyente de esta palabra, teme por su vida, y procura no cometer los pecados para no caer, querrán irse arriba. Aunque todos están siendo embriagados por la presencia de él, nos discrimina a nosotros, llamándonos "Demonios" de una forma tan descarada, nosotros tenemos un nombre de nuestra especie, somos Exángeles.

Antes de la batalla por nuestra rebelión, nos hemos escondido en una cueva profunda donde no nadie pueda bajar ni sentir nuestra presencia, su querido Dios, ha llamado a sus apóstoles para su última cena, anunciándose que uno de ellos, es quien traicionaría a su señor. Nosotros, hemos hablado con ese hombre con una gran cantidad de monedas. Cuando él regreso, Jesús dijo una gloriosa frase, "coman de este pan, que es mi cuerpo; beban este vino, que es mi sangre", todos los apóstoles reunidos, disfrutando de esa cena, hasta que, el hombre que hicimos el trato, dio la señal para los romanos, llevándoselo a su destino.

-¡Juhdas, me traicionaste, ¿por qué?, ¿qué te he hecho?!- dijo. La gran decepción y dolor aparecieron en sus palabras, los apóstoles molestos y maldiciéndolo, no quieren ver al traidor jamás en sus vidas. Ellos corren tras ir con su señor para hacer lo posible para arrebatárselo de los romanos.

Después de tantos años pasados que ocurren mientras Jesús está en sus labores, las mentes de las personas de otras tierras cambian, pensado solo en conquistar y matar, como por ejemplo, El Imperio Romano, son guerreros de carácter rudo, sin piedad, hacen lo que se les ordena sin objeción. Fue entonces que el día llegó, y todos los Exángeles celebramos con la increíble Muerte de Jesús, una de las muertes más dolorosas que siente en su cuerpo, siendo atornillado en una cruz, en sus manos y pies, una imagen que nos honra y que por fin triunfamos.

-Padre... Perdónalos, ellos no saben lo que hacen...- fueron sus últimas palabras. Nuestros ancestros tocan tierra, dándonos la libertad de recorrer las tierras y causar lo que nos apetezca, librándonos del bien, la sangre y la muerte propagándose en los terrenos de los débiles mortales.