Pov. Sasuke
Odioso, era así. Siempre fue así desde que esos pensamientos inundaron su mente, estos aún seguían pero tal vez, solo tal vez, eso ya no era tan odioso.
Que su novio le cuidara, que le preparará buena comida y le dijera lo precioso que era. Incluso si el mismo Sasuke no se sentía así, esas palabras lo hacían sentir mejor.
Se atrevería a decir que le gustaba, saber que había alguien que se preocupa por él, se sentía...bien.
Antes le gritaría tanto hasta que se le secara la garganta y la boca se le cansará, lo echaría de su casa sin arrepentimiento siendo un manojo de irá pura. Pero ahora era diferente, la terapia realmente le había ayudado, aunque aún esos pensamientos no se iban completamente de su mente y le costaba mirarse al espejo, al menos ahora se sentía un poco mejor, más dueño de su vida de lo que era antes; antes sentía que no era más que un bulto de huesos, lleno de grasa asquerosa y un estómago lleno de agua y un par de trozos de fruta.
Su piel había vuelto a tomar color, dejando atrás el pálido fantasmal que lo acompañaba adónde fuera. Su palidez no desapareció, pero ahora era cálida que su anterior tono enfermizo cómo las pastillas que tomaba.
En realidad, si encontraba a su novio odioso. Había intentado terminar con él innumerables veces pero este siempre volvía de una manera que le dejaba revuelto el estómago por su amabilidad, aunque fuera un amigo, pareja, casi algo o lo que quisiera que fuera, el estaría allí para acompañarlo en su soledad aplastante y hacerlo mejorar su estado.
Lo encontraba un demente ¿por qué tanto empeño en estar al lado de alguien como él? no se sentía merecedor de tal amor por su figura, que aunque en los huesos estuviera se sentía como una montaña de grasa cuando se contemplaba ante el espejo. No se dejaría disfrutar del placer de ser amado hasta que tuviera un cuerpo que mereciera ser amado, sin saber que todos merecen amor sin importar su tipo de cuerpo.
Ahora, la terapia se sentía como un cambio radical que en su momento lo hizo sentir como un desquiciado cuando lo internaron por desnutrición, anemia, bajo peso y otras cosas. Quería arrancarse el cabello pensando en cuanto peso subiría estando allí, lo obligarían a comer cosas asquerosas que dejarían su cuerpo siendo una bola gigante de lípidos.
Subió de peso, es cierto, se sintió como una ballena obesa al verse. Su peso estaba estable, estando en su peso ideal según su nutriólogo pero viéndose como un cerdo a sus ojos.
Las pláticas con su psicóloga le ayudaron bastante, si bien al único de ellas no quiso hablar mucho con ella, lo hizo al final, ahora se alegraba de ello.
Ahora tenía mayor control de su vida que antes, ahora su cerebro no lo traicionaba con esos pensamientos malvados ni su estómago con los vómitos que soltaba. Ahora podía pensar con mayor claridad, asimilar las cosas, ser consiente del daño que le hizo a la gente a su alrededor con su actitud, como a su novio, pero aún mayor, el daño que se hizo a si mismo.
Estuvo a punto de morir, eso no le molestaría mucho en el pasado pero ahora se daba cuenta que quería vivir en realidad. No más pastillas, no más ayuno de grandes horas, no más tener que comer platos llenos de hielo y agua con incluso miedo que esos le hicieran subir de peso. Ahora era libre, y disfrutaría mucho su nueva vida.
★
Acaricio sus pechos debajo de su bata, se puso un sostén que apretara esos montes pequeños de masa y se puso unas mallas blancas junto a una falda color melocotón que le ajustará al cuerpo moldeando su figura. Se sonreiría al espejo mientras acaricia su cabello color obsidiana, lo peina y arregla lo suficiente para sentirse bello con el.
Sasuke se dice cumplidos a si mismo en busca de que estos lo hicieran sentir mejor. Era difícil recordar lo delgado que era antes, como una sola mano de su novio podría cubrirle toda la espalda y cargarlo como si se tratase de una pluma ligera, sentía envidia de su antiguo cuerpo a pesar de saber todo lo que sufrió por mantenerlo en ese estado. Pero debía levantar la cabeza y entender porque no podía seguir así o su vida terminaría, no, su vida ya había terminado en ese entonces pues por su estado, eso ya no era siquiera vivir. Ahora lo era.Ahora vivía realmente.
Había regresado con su pareja, era complicado, se sentía apenado por su actitud anterior pero este le entendió tanto y le dijo que estaba bien, que él sabía en lo que se metía, que era alguien con un trastorno alimenticio, alguien que no estaba nada bien en sus facultades mentales y actuaba como lo que era, alguien que no estaba bien de la cabeza, era alguien siendo consumido por su trastorno y que aún así él lo amaba mucho, que a su novio le dolía verle así y no poder hacer nada.
Sasuke lloro mucho, se sentía culpable al recordar como le gritó y ofendió numerosas veces cuando esté solo buscaba lo mejor para él.
— Perdón, perdón, perdón, perdón. — No dejaba de hipar, le temblaba el cuerpo con cada recuerdo que golpeaba su cuerpo de lo cruel que era con su novio de piel caramelo. Sus cabellos se empaparon en saladas lágrimas y se estremeció cuando sintió como esa calida mano le acarició la cabeza y murmuró suaves palabras, consolandolo.
— Está bien, Sas. Eras alguien con un trastorno actuando como alguien con un trastorno, se bien que no querías tratarme así. Y yo te perdono, no te atormentes tanto por algo que hiciste cuando no pensabas con claridad. Piensa en el ahora, en qué estoy a tu lado amándote, perdonando eso, que estoy orgulloso de como lograste salir de ello. — Susurraba la voz suave como terciopelo contra su oído, los ojos del chico más bajo veían de forma borrosa la sonrisa pacífica del mayor de cabello anaranjado.
— Eres increíble ¿sabés? cómo saliste de todo eso, eres super fuerte. Resistente, tenaz, luchador, te adoro, Sas. — Juugo le dijo mientras le sujetaba las mejillas mojadas por el líquido salado que derramaron sus ojos y le besaba la mejilla derecha.
Sasuke solo se apoyo en su hombre y lloro más. No dijo nada pero lo abrazo con tanta fuerza que lograba transmitir lo que sentía sin soltar palabras.
"Yo también te adoro"
Le había dicho entre hipos, mocos y lágrimas.
Juugo sonrió bajo, le despeinó el cabello amorosamente para después soltarlo y hablar. — ¿Qué te parece si preparo algo para desayunar y luego salimos a pasear por ahí? — Pregunto el mayor, con esas sonrisas perladas que hacían latir el corazón de Sasuke de forma intensa y que su respiración se calmara. El chico asintió con la cabeza para después sonreír un poco — Me parece bien. — Le dijo él.
Empezaría de nuevo. Con una persona grandiosa a su lado que le apoyaría, superando cosas con su apoyo. Viviendo una verdadera vida.
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vrai vie ;; juusasu
FanfictionOdioso, era así. Siempre fue así desde que esos pensamientos inundaron su mente, estos aún seguían pero tal vez, solo tal vez, eso ya no era tan odioso. Se atrevería a decir que le gustaba, saber que había alguien que se preocupa por él, se sentía...