Febrero

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La semana del 1 de febrero de 2021 y dos antes, la pasamos con mis abuelos. Ya que mis padres trabajaban y nosotros estábamos confinados por prevención al covid. Mi abuela nos cuidó durante estos días y el día 1 nos fuimos y ya no volvimos a su casa estando ella. Mi padre la llamó para que bajásemos al patio ya que nos recogía ella. Así que recogimos todo, y le dimos un beso. Quien iba a decir que ese iba a ser el último. Al día siguiente, nos llamó mi abuelo, mi abuela no había pasado buena noche y se encontraba mal, así que llegó una ambulancia y la llevó al hospital.

Su diagnóstico era un cólico biliar. Así que le dieron muchas dietas, y muchas cosas para que se pudiera curar. Cuando mi tío la recogió del hospital y la dejó en casa, mi madre y yo fuimos a verla. Fue la última vez que la vi, estaba tumbada de lado, con una mano en los riñones y tapada con una manta. Así que nos fuimos ya que la veíamos bien. Pero a la mañana siguiente, mi abuelo nos volvió a llamar, ya que mi abuela había pasado muy mala noche y cuando iba a orinar, no podía, así que mi madre la llevó a urgencias. Por la noche, una doctora llamó a mi abuelo, diciendo que tenía una piedra en la vesícula y Pancreatitis aguda leve. Así que mi abuelo la llamó , yo no la oía muy bien. Se oía que estaba decaída, así que colgamos. Esas noches, me las pasé en casa con mi abuelo. Ya que no se podía quedar solo. Los demás días, no se supo nada de ella. Pero el día 6, todo cambió.

Mi abuela estaba ingresada en la UCI. Pero sufrió un paro cardíaco y la pudieron reanimar. Esa noticia, hizo que nuestro mundo se viniera abajo. Pero nosotros sabíamos que ella era guerrera y podía salir de esa, ha habido gente que ha salido del coma. Mis tíos y mi madre fueron a verla, estaba intubada, con diálisis y muchos aparatos. Pero nada lo solucionó y el día 7 por la mañana, el médico llamó a mis tíos. Mi abuela no respondía al tratamiento. Yo estaba jugando con la Nintendo Switch, mi madre se iba y le pregunté a dónde. Me dijo que mi abuela no estaba bien, y que cualquier momento podría irse. Y así fue. Dos horas después, a las 13:50 mi abuela se fue para siempre. Esa noticia me marcó mucho, se había ido el pilar de la familia, mi abuela, nuestro vínculo, se había roto. Esa tarde, llegamos al tanatorio. Sala 1, Ángela Fernández Martínez. No me lo creía. Cuando ví el ataúd, no paraba de imaginarme a mi abuela allí dentro. El único momento en que me pude despedir de ella, fue cuándo estaban a punto de bajarla al nicho, abracé el ataúd. Y cuando estaba allí abajo, le di un beso a una rosa, y allí se quedaron todos los recuerdos de ella y míos para que se los llevara al más allá. La cerraron con unos ladrillos encima y taparon con cemento. Mi abuela se fué en 5 días, 5 días en los que ha sufrido y no ha estado nadie para evitarlo. A partir del momento en que mi abuela se quedó a 2 metros y medio bajo tierra, mi mundo es de otra manera. Ya que aunque se lo que ha pasado, no se, pero es diferente. Pero se que ya no está sufriendo, ya que sus últimos días, los pasó muy mal.

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