Dulce Pesadilla

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Cuando se abrió esa puerta lentamente, fue un un hombre quien entró, estaba sudado y respirado con dificultad, parecía como si corrio para uir de alguien. Se me quedó viendo por unos cortos segundos para luego volvear a ver paras atrás, cuando iba a preguntar quien era comenzó a cerras la puerta de apoco, igual como la había abierto, alcé mi mano, lista para pararme de donde sea que estaba acostada, pero a ver de reojo mi mano, estaba bañana de un color rojo y de nuevo comence a sudar frío, sintiendo como el aire a mis pulmones no estraba, estaba aterrada, tenia miedo. Me pregunta si esta sangre era mía o porque no sentía dolor por ninguna parte de mi cuerpo, lo único que me dolía era la cabeza pero solo era como una punzada que trataba de reventar mi cabeza, no se sentía como si fuera provocada por una herida o lastimaba, pero todo esos pensamientos fueron rápidamente olvidados cuando escuché la puerta cerrarse y ahora unos nuevos pensamientos invadieron mi mente, ese hombre se había salido o se quedó adentro conmigo, si estaba adentro que me iba a hacer, no escuchaba ningún paso, no podía ver nada ya que nuevamente todo estaba a oscuras, tenía que estar en alerta, no sabía si fue el quien me encerró aquí o si como yo el fue encerrado aquí y estaba huyendo pero ¿de quien estaría huyendo?

Lo último que recordaba antes de despertar en este oscuro y peligro lugar era que había visto a merlina en un tipo callejón, ai estaba parada ella, a lado de un cuerpo sin vida y todo el suelo estaba lleno de sangre y cuando trate de uir por mi torpeza había echo ruido y fue cuando su mirada me chocó con la mía, esos ojos negros que gritaban peligro a metros de distancia trataban de consumirme en su fuego y fue por instinto que sólo salí corriendo, tenía miedo, no sabía que había pasado y no lo quería saber, lo último que quería era terminar igual que el sujeto que se encontraba en el piso, pero de ahí fue luego que di unos cuantos pasos que caí inconsciente y desperté en este lugar que no tenía ni una mínima idea de donde estaba. Cuando sentí que unas manos en mis hombros que me empujaron para atrás, asiendo que este recostada en lo que sea que estaba, me maldije mentalmente por distraerme otra vez en mis pensamientos, cosa que evitó que me diera cuanta de cuando él hombre se había comenzando a acerca hasta mi, traté de forcejear para liberarme de su agarre pero el era más fuerte que yo, agarro mis dos manos con una de las suyas, evitando más mis movimientos, mientras que sentía como su otra mano jugaba con mis muslos, acarriandolo de arriba y abajo, sentía asco y temía por lo que sea que me iba a hacer

-Eres tan preciosa - Comenzó a besar mi cuello y las lágrimas de mis ojos comenzaron a salir

-DEJAME, NO ME TOQUES AYUDAAA - Comence a gritar, asustada, mis ojos ardían por las lágrimas que salían, mi voz se quebraba cada vez más, sabiendo que nadie vendría a mi rescate

-Si te quedas quieta y coperas te juro que te va a gustar - Dejo de acariciar mi muslo y alejo su mano, solo pude escuchara el ruido de un cierre bajar y ya sabía lo que iba a pasar

Cerré fuertemente mis ojos, gritando por ayuda, sintiendo como de apoco me quedaba sin voz, pidiendo una ayuda que nunca iba a venir, entonces no sabía el porqué gritaba si nadie iba a escucharme, para que pedí ayuda si sabía que nadie vendría a mi rescate

Pero de un montón a otro ya no sentí aquel peso que estaba encima de mi, solo oía unos golpes, no quería abrir mis ojos por miedo, pero lo tuve que hacer, a abrir mis ojos vi que nuevamente la puerta estaba abierta y que las luz que entraba de ella, iluminaba a alguien quien se encontraba en el piso golpeando bruscamente al hombre. Mi salvador tenía una cabellera larga, color negro puro, vestía con una camisa blanca y unos pans colo negro, con cada golpe que cada su espada se marcaba más, no era muy notable pero podía apostar que si la tocaba de seguro está marcada, pero parpadee unas veces para salir de mi trance y dejar de admirarla a mi salvador o mejor dicho a mi salvadora, esa persona que me había salvado era merlina, no me podía equivoca, era ella, tenía que salir de aquí, tenía que escapar y quería vivir más tiempo, me levante rápidamente de lugar donde estaba y comencé a correr saliendo por esa puerta sin mirar atrás

Solo corría de una lado a otro, no tenía idea de donde estaba la salida o donde podía escorderme para tomar un descanso, ya había corrido por círculos y no parecía que los pasillos llegarán a un fin, este lugar era grande, me sentía perdida, estaba perdida que eso era mucho peor, no había manera que pudiera salir de este lugar para siguir viendo un mañana. Dejé de correr y comencé a caminar por los largos pasillos, viendo como la pintura del lugar era negra, por las paredes colgaban distintos cuadros, sentía que por alguna extraña razón ya había visto las caras de esas personas que colgaban como retrato en las paredes, cuando llegue a unas puertas grandes, las abrí con dificultad, entrando a lo que parecía una sala de estar, decorada por unos finos muebles, una mesita en medio de ellos y una televisión arriba de una chimenea, donde colgaba de la pared un enorme cuatro familiar dejando ver a la familia completa de merlina, verlos a ellos sonreir mientras ella tenía su experiencia sería y sin vida por alguna razón me causa marisopas en el estómago, como podía ser siempre perfecta sin importar que

Y fue ahí donde me di mi golpe mental, reacciona enid, estas encerrada en la ¿casa? ¿Mansión? De merlina, donde de seguro te matara luego de ver viste todo aquello que hizo, estas apunto de morir en manos de la persona que tanto amas y admiras, no ahí esperanza que salgas de este lugar viva, en una sola pieza y ilesa, no tardaría mucho más tiempo a que ella te encuentre y te mate como hizo con los dos hombres. Tal vez si le prometía que no iba a contar nada y nunca más aparecería en su vista me deje ir y pueda vivir, solo debería que salir de este lugar y podría olvidar todo lo que vi y seguir o tratar de seguir cvon mi vida normal

-Eres difícil de encontrar - agarro mi mano, volteando me bruscamente, asiendo que salga de mis pensamientos y la viera fijamente a los ojos

En serio tenía una mala costumbre en pensar demasiado en momentos menos adecuados - Y-yo- - no pude terminar de hablar ya que me sorprendio cuando merlina acarició gentilmente mi mejilla

-Tranquila, ya estas al salvo, ya estoy aquí - se acerco a mi y me abrazo, acariciando mi cabello

No se como o el porque pero comence a llorar, undiendome en el hueco de cuello, abrazándola para sentir la protección que tanto quería, no me gustaba estar aquí, no me gustaba lo que había pasado, no me gustaba para nada toda esta experiencia. Me cargo y comenzó a caminar en dirección al mueble donde se sentó, quedado yo en su regazo, dejándome acurrucar en su pecho, mientras ella solo me acaricia y susurraba que todo había pasado, que el peligro se había ido, luego de unos minutos calme mi llanto y la mire fijamente, ¿no se suponía que ella era el peligro? ¿Y porque me trataba tan gentilmente? ¿En serio ella era merlina? ¿O solo estaba soñando con una pesadilla?

CRIMINAL WENCLAIR Donde viven las historias. Descúbrelo ahora