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Después de aquella vergonzosa noche, no tenía muchas ganas de encontrarme de nuevo con Lee Minho

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Después de aquella vergonzosa noche, no tenía muchas ganas de encontrarme de nuevo con Lee Minho. Había sido una cena desastrosa por mi culpa. Y aunque me habían dejado llorar a mis anchas, había sido incómodo.

—No me gusta el color, pero al parecer está en buenas condiciones, pero espero que no te moleste que quiera probarla.

Negué cruzado de brazos, el clima estaba demasiado caluroso y me hacía fruncir el entrecejo, sólo quería entrar a casa y encerrarme en mi día libre. También tenía que prepararme para el cambio de oficina, por lo que perder mi tiempo con Lee Minho era lo menos que quería hacer.

—Puedes dar las vueltas que creas convenientes antes de decidirte. No tengo problema, pero la gasolina la pagas tú.

Asintió y le di las llaves. Antes de poder irme, él tomó mi brazo y me miró seriamente.

—Sube conmigo, sólo así me sentiré más seguro.

—Está en perfectas condiciones, no es necesario que me suba contigo para que puedas comprobarlo. No miento, no vendería algo que no sirve, además amo mucho esa moto, la vendo sólo porque es más práctico para mi usar un automóvil.

Me miró de nuevo, esta vez arqueo un ceja y su expresión cambió a una pensativa.

—Hablando enserio, parece que no te agrado —dijo cruzándose de brazos—. Me miras como si fuera un bicho.

—No te conozco, no puedo decir si me agradas o no.

—Tampoco quieres conocerme. ¿Eres serio con todos los demás como lo eres conmigo? Así no harás amigos, deberías sonreír más —Minho sonrió y desvíe la mirada hacia los vehículos que pasaban por la calle. Lee era un hombre peligrosamente apuesto, para alguien con el corazón roto como yo y vulnerable como lo estaba. Involucrarme con él, era lo peor que podía hacer.

Tal vez estaba dejando volar mi imaginación, ni siquiera sabía si le podía gustar a ese hombre o su orientación sexual, y prefería no saberlo.

—¿O es por qué Hee te contó que soy gay? —preguntó, así que tuve que mirarlo a la cara, entonces negué.

—No es eso, también soy gay. Simplemente no creo que tengamos cosas en común.

—Es buena excusa —acepto y subió a la motocicleta, entonces la encendió y antes de que pudiera decirle algo se fue. Se veía increíble, su cabello volaba con el aire, la chamarra de cuero solo alimentaba aún más la imagen de playboy que tenía. Se veía como un rompecorazones.

Negué con mi cabeza. Debía dejar de juzgar a las personas por su apariencia, Christopher era un hombre educado y elegante. Caminaba sobre zapatos de diseñador y trajes caros, eso no evitó que me rompiera el corazón.

Entre al departamento y mamá ya había servido la comida.

—Avisa a tu hermana para que venga a comer —me dijo mientras caminaba a mi cuarto.

stay with her (hiatus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora