stay with her (hiatus)

22

—No puedo creer que convivas todo el tiempo con personas como él. Ahora entiendo porque eres tan prejuicioso, no me puedo esperar menos —despotrique furioso mientras Jisung manejaba, sabía que estaba siendo infantil, pero simplemente ver a ese hombre me había puesto de mal—. Es que, si hubieras visto como se comportó antes de que llegaras, me veía con esos ojos llenos de superioridad, como si yo fuera menos que basura.

Jisung dejó ver una sonrisa burlona que no sabía si estaba dirigida a mí o a él

—No tienes que molestarte tanto.

—¡No lo defiendas Jisung! —dije un poco exaltado pero sin llegar a gritarle—, que uno sea humilde, no le da el derecho de tratarnos así. Miró mis tatuajes con repulsión, cuando son preciosos.

Jisung sonrió más burlón que antes, sin despegar la mirada del camino.

—Pareces un hombre incomprendido Minho, no te preocupes eres mucho mejor que él.

Me relaje un poco, Jisung no tenía la culpa de lo que había pasado, y no tenía porque escuchar mis palabras, basadas un mi mal humor.

—Bueno fue divertido cuando lo retaste, espero que no tengas problemas por eso.

—Probablemente los tendré, pero dudo que me despida, estoy preparado para demandar, tengo un firmado un contrato por lo que resta del año. Christopher podrá perder los estribos a veces, pero cuando se tranquiliza analiza todo y acepta sus errores.

—Me cayó mal, ¿Todos tus compañeros de trabajo son así?, visten cómo principes mientras te miran con superioridad.

—No visten como príncipes Minho, Y no, no todos son así, hay peores —Jisung sonrió burlón, parecía de buen humor a pesar del ambiente problemático del que acabamos de salir.

—Pero tú no eres así, no niego que eres prejuicioso. La primera vez que nos encontramos me rehuiste como si fuera un criminal, pero no me miraste como si fueras mejor que yo.

—Me tienes en un alta estima Minho, cuando te conocí crei que eras un criminal. Ya me disculpe por eso, no era muy diferente a mis compañeros, pero trate de comprenderte porque no deseaba que mi hermana fuera mirada de esa misma manera. Y odio que ella tenga que ocultar quien es, porque los tatuajes son parte de su vida, como, estoy seguro, lo son para ti.

—Al menos te disculpaste —dije con un puchero. Me di cuenta de que Jisung era más parecido a ese tipo de lo que había pensando y sólo lo estaba excusando porque lo conocía.

—Lo hice, pero para ser sincero. Sino fuera por mí hermana, nunca me hubiera acercado a un tipo como tú. Nunca te hubiera conocido y visto detrás del caparazón, porqué al final sigo siendo prejuicioso. —Ya no se que decir, eres demasiado sincero y has aplastado todos mis argumentos.

Jisung volvió a reír, parecía que no me tomaba enserio.

—Eres lindo, me alegra haberte conocido.

Sonrió de nuevo pero esta vez, no hubo ningún toque burlón, lo decía enserio. Y la declaración me dejó en shock.

—Me agradas también.

Seguimos platicando el resto de la noche, Jisung sólo hablaba del trabajo, pero aún así me gustaba escucharlo, tenía un tono de voz agradable. Se expresaba bien y usaba muchas palabras que no conocía, no decía groserías. Era el tipo de persona a la que siempre quieres tener a tu lado.

Me llevó de regresó a casa alrededor de las once de la noche, se negó a pasar diciendo que era tarde y que tenía sueño, pero me dijo que pasaría mañana por la noche a dejar mi ropa. Así que lo despedí y entre a casa, se sentía completamente vacio.

Extrañaba mucho al abuelo, quizás no fuera el mejor hombre del mundo, pero con él no me sentía solo. Caminé hasta su habitación y encendí las luces, quería que regresará a casa sin importar que y esa noche dormi en su cama, y en la cama que una vez fue de mis padres.

Cumplí con las citas programadas y terminé temprano, así que cerré la oficina y me traslade en mi motocicleta al asilo. Antes de llegar pase a comprar unos chocolates y un cigarro para el abuelo y unas flores para su enfermera.

Cuando llegue la recepcionista me hizo pasar de forma amable, mi abuelo no estaba en su habitación, así que deje ahí las compras y salí a buscarlo al jardín. El asilo era muy bonito, tenia amplias instalaciones, habitaciones VIP para una sola persona y habitaciones con no más de tres personas, un jardin extenso, una sala de recreación, incluso una alberca. Por otro lado el personal era educado, cortes y amable.

Pude ver al abuelo a lado de un joven y su compañero de cuarto jugando ajedrez de forma seria. Me apresure hasta él y cuando me vio, puso una expresión molesta en su rostro.

—¿Qué haces aqui Minho? —preguntó irritado—. Deberías estar trabajando.

—Salí temprano abuelo, no pongas esa cara, quería verte, me siento muy solo —hice un puchero, que hizo reír al joven, su sonrisa fue linda y sus ojos se perdian en dos lineas—, buenas por cierto señor Choi, ¿Cómo ha estado?, espero que mi abuelo no lo esté molestando..

—Para nada —respondió, entonces mire al joven, que los cuidaba, no había señales de la enfermera.

—Soy Minho —hice una leve reverencia para saludarlo.

—Park Jimin —respondió e hizo una reverencia también. Estaré a cargo del cuidado de estos dos abuelos ahora, espero que cuiden de mi— Me disculpo si mi abuelo es molesto de ante mano —bromee un poco y lo vi sonreír de nuevo.

Comparado a la enfermera, este chico era más joven, se veía más inexperto y temía por mi abuelo. Pero sabia que no debía juzgar por la primera impresión, de todos modos estaba planeando llevarme a mi abuelo pronto.

Pase un rato a su lado, hablando con mi abuelo sobre cómo iba mi vida, aunque no tenía mucho que contar, era repetitiva y aburrida. Le hable del cumpleaños de Dohyun y como nos habíamos divertido, a mi abuelo le agradaba mucho Dohyun, porque fue mi primer amigo, le hablé de como me quede a dormir en su casa y también de la cena de Jisung.

Además puede hablar con él cómodamente despotricando, contra el jefe de Jisung, o lo que fuera, y mi abuelo me dio la razón. Y me advirtió que no tenía que dejarme humillar por nadie, sobre todo que presumirá mis tatuajes. Aunque yo ya los presumía, tendrían que estar sin camisa para presumirlos más, y eso no sería muy decente de mi parte..

—Te quiero mucho Minho, perdóname si te he hecho daño —dijo de repente, de una forma tan sentimental que me hizo dejar de hablar.

—Yo también te quiero abuelo, quiero que regreses a la casa.

Él negó rápidamente.

—No es buena idea.