Magare

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Me hallo esperando que los ayeres sean tan lejanos que los recuerdos se desvanezcan y que lo que había quedado perpetrado se manifieste en quietud, deje de removerse alterando mis sentidos, jugando con mis emociones, al punto de quebrarme y dejarme en las ruinas de un sinsabor.

Anhelando ser complaciente conmigo para dejar de complacer al resto y hundirme en un velorio donde los presagios sean devastadores y sin sutileza me amarguen mi existir.

Tantas ruinas para volver a empezar, pero tanta congoja impide su iniciativa, dejando a la muchedumbre en incógnitas que de ser resueltas generarían más dudas de lo que suponiendo es verdadero.

Denigrando los esfuerzos ajenos, pero sin la intención de sonar indulgente y ser castigado por gracia divina, solo en busca de recopilar las piezas para iniciar un rumbo permanente hacia un lugar desconocido.

Lo desconocido como obra de una duda se hace perplejo al razonar si entrar en aquel sitio es sabio o por el contrario insensato, siendo insensatos encontraríamos suburbios donde la penitencia se haría llamar y permanecería merodeándonos como obra de caridad.

Siendo carentes de sentido, encontrando asombro en cualquier lugar, viajando hacía lo que resuena y parece ser peculiar.

Atravesando entre el asombro y el desastre añorando la extravagancia de algún sitio que al visualizar se asemeja al cielo que hemos descrito.

incondicionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora