En la casa de Gran Hermano todo puede pasar pero Marcos nunca se imaginó que un torbellino de energía como Maia iba a moverle tanto la estantería. Maia nunca pensó que la paz que tanto necesitaba la encontraría en un reality show, mas específicament...
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MAIA
Después de la salida de Tomás ayer a la noche el festejo fue total, la mayoría de la casa quedó de muy buen humor, cantando, bailando y jodiendo en el living. Los "monitos" habían quedado bastante bajoneados con el resultado, se los veía como se querían morir, encima era obvio que ahora debían morir en la suya, porque sino quedarían muy caretas para con toda la casa.
Me daba bastante pena por Nacho, porque me caía bien y no me parecía alguien mala onda como Juan o Martina, pero el había elegido lo que quería y yo no podía hacer nada contra eso. La noche terminó bastante temprano teniendo en cuenta el cansancio mental que teníamos todos, que después de compartir un rato en la habitación mientras los chicos desarmaban las valijas, nos fuimos a dormir.
Al otro día me levante dentro de todo temprano y me fui a desayunar, pero cuando me encontré a Juan y Martina con Cata y Mora desayunando en la cocina decidí hacer tiempo.
-Buen día...-salude en general mientras pasaba por la sala hacia la puerta, la idea era ir hasta la pileta donde estaban las chicas tomando sol. Cata, Mora y Nacho me saludaron sin problema, de los otros dos no escuché nada.
-Hola Mushu, ¿Cómo dormiste?- Mora y Coti habían estado buscando un apodo para mí, porque como mi nombre era muy corto y con muchas vocales era difícil encontrarme un apodo.
Habian pasado de Mai, Maiíta, Machu, Machuchita a Mushu en menos de veinticuatro horas.
-¿Quere' un mate, Mai?- me preguntó Cata y le hice que sí con la cabeza antes de ir a agarrarlo.
-¿No vas a desayunar?- me preguntó Nacho, ahora tenía ganas de hablar parece.
-No.
- ¿No tenes hambre?- me preguntó Mora
- No, todavía no. Bueno, me voy a la pile, gracias por el mate Catita.
Sin decir nada más salí de la casa, viendo a Coti con Juliana y Daniela tomando sol.
-Buen día, Machu.- me dijo Coti desde una de las reposeras.
-¿Que hacen, mis locas?- les dije y todas me sonrieron contentas.
-Acá, gordi. Disfrutando del día y el solcito.- antes de que les pueda decir nada me ganó de mano.- Sí, ya nos pusimos protector solar.
-Muy bien, así me gusta. - les dije y les sonreí con todos mis dientes. Me quedé un ratito con ellas escuchando su charla sobre los viajes que habían hecho antes de meterme al agua. Nadar un poquito me iba a venir bien para relajar un poco.
Un ratito después llegó Juli con una taza en la mano y una tostada en la otra. Se sentó con los pies colgando del borde de la pileta para saludarme.
-Hola, amor. ¿Dormiste bien?- le pregunté y ella me sonrió contenta.
