Fuera de alcance •JJK•

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Capítulo 2
Juegos y encuentros incómodos

Ya van varias vueltas y gracias a mí milagrosa suerte no me a tocado con nadie, cada vez más suben parejas que no vuelven a jugar porque están ocupados haciendo el reto de manera voluntaria. ¡Viva los jóvenes rebeldes!

Aún mis amigos están en el círculo jugando, Hudson se a tenido que quitar ya su sudadera quedando en camiseta.

Vuelven a dar vueltas a la botella y supongo que de una o otra no me iba a escapar de una ronda, eran nulas las posibilidades de que saliera intacto.

La chica la cual giró la botella es la misma con la cual me tropecé hace media hora y ahora la punta de la botella está en dirección hacia mi. Con nerviosismo levanto la vista para verle. Ella sonríe burlona mientras se levanta de su asiento. Supongo que fue la mezcla de vergüenza con la presión de mis amigos lo cual me hizo levantar me de la silla y seguirla hasta el cuarto siguiendo la. Al entrar todo está oscuro y trago saliva cuando siento que pone sus delgadas manos en mi pecho. Inconcientemente llevo las mías hacia las suyas apartando las de mí. En la penumbra de la habitación puedo ver si rostro entra la confusión, para después sonreír como lo hizo hace unos minutos.

— ¿Chico sin experiencia? — Su pregunta me toma desprevenido dando un respingo en el lugar.

Sacudo la cabeza aunque sé que no puede verme bien. Ella se acerca como una bestia acechando a su presa hasta que queda frente a frente conmigo. Hace un sonido de desaprobación antes de poner sus manos detrás de mi nuca juntando las mientras me acariciaba los cortos mechones que tengo. Sentí una pequeña sacudida en mi cuerpo. Lo cual me hizo querer volverme más pequeñito.

— ¿Sabes? Lástima que seas un chico inexperto. — Veo que hace un pequeño puchero cuando mis ojos sin permiso alguno van en dirección a sus labios. — Ahora mismo no estuviéramos perdiendo en tiempo y haríamos algo más productivo. — Curva sus labios hacia abajo mientras yo me imagino que otras cosas estuviéramos haciendo. — Empezando porque ya no estuvieras esa sudadera y en vez de estar gastando saliva en hablar la estaría usando para algo más. Estuviera recorriendo con mis manos ese duro abdomen que tienes debajo y ya hubiera besado esos suaves labios que te cargas. — ¿Es imaginación mía o está haciendo más calor? — Tuvieras tus manos ocupadas masajeando mi culo y yo te respondería con un jadeo involuntario. — Mis manos pican por pasarlas por todo su cuerpo. ¿Que diablos me pasa? — Estuviéramos tirados en aquella cama dándonos tan duro que la cama fuera a chocar contra la pared. — No lo aguanto más y salgo de la habitación de un portazo dejándola sola en la habitación. 

Entro en uno de los tres baños que hay en la estancia y cierro la puerta detrás de mí. Mi vista se posó en mi pantalón. Cierro los ojos mientras me agarro de el lavamanos.

Tengo una jodida erección.

Y va creciendo a medida que recreo lo que ella me hacía dicho en aquella habitación. ¡Basta Jungkook! Tomo respiraciones profundas tratando de calmarme y no transpirar. Cuando me miro al pequeño espejo puedo ver una pequeña capa de sudor sobre mi frente y cuello mientras mi rostro con un ligero rubor y ahora no sé si es por la vergüenza o excitación.

Vale, estoy haciendo un caos solo porque una chica desconocida me a provocado una erección. Calma es algo normal que se vive todos los días.

No es la primera ni nada parecido, solo que una chica nunca me había puesto así en mis diecisiete años. Supongo que nunca estaba al pendiente de estas cosas por estar tan metido en mi burbuja de Física y Química. Cuando logro calmarme y la situación de mis pantalones no es tan notoria bajo donde están mis amigos quienes me miran entre sorprendidos y divertidos. A los únicos que no veo es a Andrea y Hudson.