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La noche había comenzado, tarde pero no tanto. Los Strippers estaban comenzando a vestirse, incluso a maquillarse incluyendo al joven de 19 años; Yang Jeongin. Quien ya estaba "experimentado" en su trabajo, ¿que podía pasar?, ya había bailado unas veces, no podía pasar nada Ó por lo menos eso pensaba él... Si... Pensaba.
Con eso a las diez de la noche, el burdel comenzaba a abrir, empezando a llenarse en tan solo unos cuantos segundos, y no solamente con gente adinerada cualquiera. "Artistas", asesinos, trata de blancas e incluso otros mafiosos de un rango más bajo estaban. El lugar se empezó a iluminar de luces de colores, que alumbraban por todas las partes, rincones del lugar. Una música suave sonaba por mientras el verdadero "Show" empezaba. El lugar empezó a oler a alcohol de todo tipo, pero no era desagradable, las esencias de frutas que tenía el lugar calmaba esos olores que hacían marear a una persona principiante en beber, tragar ese tipo de alcoholes. No solo había alcoholes, grandes porciones de drogas también ocupaban el lugar, de todo tipo de ellas.
Entre ese grupo de personas, no se encontraba nada más que Seo. Lo rodeaban los vinos, vodkas, rones y alcoholes más caros del lugar, sin contar la enorme cantidad de drogas de todo tipo que también rodeaban su mesa. No sabía porqué, pero siempre lo esperaban así, cada domingo de la semana, como si de un "Rey" se tratase, eso le gustaba. Esa noche lucia como nunca, su traje negro elegante apretado hacia relucir su tan deseable y trabajado cuerpo, que sexy, "no cualquiera podría estar con él" pensaban, solo las prostitutas de ese lugar y que de todas formas no le hacían satisfacer en lo absoluto.
De repente, el burdel se llenó de humo falso, ocupando cada espacio, rincón del bar, el escenario se prendía de luces de diferentes colores. Seo Sabía que estaba por comenzar lo bueno, Claro que lo sabía.
Y así fue, empezó a sonar la música de cada fin de semana, hombres y mujeres casi desnudos empezaron a moverse al ritmo, deleitando a cada clientela allí. Pero a Changbin no, a él no, no veía al chico sé quién investigó cada parte de su vida y así pasaba cada minuto; Estaba empezando a estresarse.Sirvió alcohol que acompañaba en su mesa, bebió más, y más, y más, y más hasta que se controló, no quería perder la cordura. Suspiró, hasta que de repente una luz sobre su mesa prendió, iluminando su puesto. Se preguntaba por que hasta que apareció el joven a quien tanto esperaba, vestido como un ángel, aunque atrás de esa angelical y delicada carita se escondiera el mismísimo diablo y pronto verán porqué. El joven bailó para Seo, así por unos cuantos minutos. Después de ello empezó a sonar "Safari" una de las músicas más escuchadas en Latinoamérica, fue a ese bar ya que muchos amaban el encaje de esa canción junto con el baile de cada Stripper del lugar. Jeongin se acercó a él, bailando, tocando parte del cuerpo del mayor con sus dedos, incluyendo el pecho.
—Podría reconocer esos pectorales en cualquier lugar— Se acercó a Changbin, sentándose en el mientras se acercaba a su rostro, estando a tan solo un par de centímetros de tocarse los labios.
'Todo ese cuerpo que tú tienes
me vuelves loco y más cuando bailas pa' mi, esa mirada provoca
y tú toda loca
se muerde los labios cuando suena el beat'—Jamás pensé que volvería a verte— Dijo Jeongin. —¿Me estás vigilando?—
—Cosas del destino—
Ay Jeongin, si supieras...
Le bailó Jeongin, sobre el, hubo tocadas y uno que otro beso corto y no tan cortos. Seo se estaba volviendo loco, estaba controlandose para no hacer suyo a Yang Jeongin allí mismo, en el mismo lugar.
La música dejó de sonar, Jeongin empezó a retirarse, se despidió de Seo con un guiño, volviendo al vestidor.El gerente apareció segundos después. —¿Que le pareció señor, Seo? tengo a la mujer perfecta para usted, ¿la misma habitación de siempr... — fue interrumpido.