Tokyo Guardians (Tokyo Revengers - RD Black Dragons)

Capítulo 6: Roppongi y Black Dragon

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06 De Julio De 1994

Sanemi, Wakasa, Shinichiro: 13 años
Benkei, Takeomi: 14 años.
Kim, Haruka: 12 años.
Manjiro, Keisuke: 3 años
Haruchiyo y Genya: 4 años
Senju: 2½ años.
Ran: 7 años
Rindou: 5 años ½

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Narra Kim:

—¿Roppongi?— preguntó Sanemi con confusión —¿Por qué quieres ir a ese lugar de mal a muerte Shin?—

—Hay una de las mejores tiendas de refacciones y accesorios para motos ahí, quiero comprar algunas cosas para mi nena— dijo Shinichiro sonriendo.

—¿Pero por qué justo ahí?— preguntó Takeomi.

—No entiendo, ¿Roppongi tiene algo de malo?— pregunte sin entender, se supone que Roppongi es uno de los mejores lugares, ¿No?.

—Es un lugar horrible, todos los negocios cierran por una pandilla misógina, de idiotas, machistas y quien sabe que mas— dijo Wakasa con molestia.

—Es de los únicos distritos que no vale la pena conquistar— dijo Benkei —¿Seguro que quieres ir ahí Shinichiro?—

—Si— dijo Shinichiro con una radiante sonrisa.

—...— Wakasa solo suspiro y se levanto —Iré por las motos...— dijo camino hacia la salida.

—No te alejes de nosotros cuando lleguemos— dijo Sanemi mirándome.

—Okey Nii— dije mientras me levantaba y caminaba hacia la salida con el resto —¿Roppongi era tan malo en esta época?— me pregunte.

Sabia que Roppongi no era precisamente el distrito perfecto, pues los Haitani de mi primera RD decían que era un lugar algo deteriorado cuando eran niños, pero no creía que fuera tanto como decían los chicos.

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—Me retracto de lo que dije antes, esto es un horror— dije al ver el Roppongi de 1994.

Todo estaba descuidado, los negocios y calles cerradas, sucias y grafiteados, había basura y se veía tal cual dijo Wakasa, un lugar de mal a muerte.

—Es aquí— dijo Shinichiro estacionándose frente a una tienda, todos hicimos lo mismo.

—Este local se ve decente— dije mirando el local, se veía prácticamente como uno de Shibuya.

—Es que pagan derecho de piso, así  que los miembros de la pandilla dominante de Roppongi no hacen disturbios en el— dijo Takeomi.

Todos nos bajamos y aseguramos nuestras motos para que no nos las robaran, pues por lo que dice Takeomi, aquí si son bien ratas como en mi colonia tercermundistas de México, bueno, ahí no roban, pero al parecer en estos barrios tan bajos de Japón, si lo hacen.

—Listo, vamos— dijo Shinichiro caminando hacia el interior de la tienda como el gran líder que era, seguido de todos nosotros.

—Wow— escuche dos vocecitas.