Capítulo 33

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ERNIE

El 8 de mayo comenzó con un sol intenso y brisa ligera, lo cual era más que perfecto para el partido de Quidditch de Hufflepuff contra Gryffindor. Todo el colegio se había levantado temprano para conseguir un buen asiento en el estadio, y hasta parecía que la mayoría, finalmente, había logrado olvidarse por completo del asunto del heredero de Slytherin y su terrible monstruo.

Ernie y Hannah se encontraban sentados en la mesa de Hufflepuff en el Gran Comedor. Ernie desayunaba un almuerzo ligero y saludable, mientras que Hannah apenas si probaba su plato lleno de cereal, ya que estaba ocupada terminando de copiar información de un libro para un pergamino que debía entregar para la próxima clase de Pociones.

-Hannah, tienes todo el fin de semana para terminar esa tarea, ¿por qué tienes que hacerlo tan apurada a la hora del desayuno? -Le preguntó Ernie.

-Neville Longbottom me pidió que lo ayudara a escoger materias optativas después del partido -Explicó ella, comenzado a trazar las letras con menor tamaño y menos espacio entre ellas para que toda la información cupiera en el espacio de pergamino que le quedaba-. El pobre no tiene ni la más mínima idea de que escoger, todos los magos de su familia le enviaron cartas recomendándole materias distintas, y solo se confundió más. Por eso quiero terminar los deberes de Pociones ahora, no quiero estar pensando en ellos mientras esté ayudando a Neville.

-Tienes que aprender a organizarte mejor, Hannah -Le reprochó Ernie.

-Por lo menos no estoy tan atrasada como Megan Jones -Contestó Ella-. Tiene tantos trabajos pendientes que no tiene más opción que ir a la biblioteca después del desayuno en lugar de asistir al juego.

Ernie dejó de desconcentrar a Hannah y luego le dio un trago a su jugo de naranja. Al momento de bajar el vaso, Ernie le echó un vistazo a la abarrotada mesa de Gryffindor. Todos los estudiantes parecían impacientes por dirigirse al campo de juego, excepto uno, el buscador de Gryffindor, Harry.

Ron y Hermione conversaban con él, y aunque no podía escuchar lo que decían, Ernie tenía la sensación de que la mente de Potter estaba concentrada en algo que no era el partido de Quidditch, un asunto mucho más importante y serio. Lo notaba en la mirada perdida del muchacho de cabello negro y gafas.

De un momento a otro, los estudiantes de Gryffindor comenzaron a levantarse de sus asientos para dirigirse a la salida. Lo mismo ocurrió con los de Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.

-Voy al campo de Quidditch para apartar buenos asientos, ¿vienes conmigo? -Dijo Ernie, imitando a sus compañeros.

-Tengo que terminar esto, tal vez llegue un poco tarde al juego -Contestó Hannah. Después, ella señaló discretamente hacia la mesa de Slytherin-. Además, creo que sería buena idea que me quede un rato para vigilar a "nuestra sospechosa número 2".

Obviamente, Hannah se refería a Bridget, quien era de las pocas personas que aún se encontraban desayunando en la mesa de Slytherin, y a quien casi nunca se le veía en los eventos sociales como los partidos de Quidditch. Esa mañana Bridget tenía muy mal aspecto. Se veía cansada y ojerosa, y su cabello naranja estaba despeinado y un poco enmarañado. Sin embargo, su apariencia personal no parecía importarle en lo más mínimo. Bridget simplemente se dedicaba a hacer trazos rápidos con un gis rojo en su cuaderno de dibujo.

-De acuerdo, pero ten mucho cuidado -Concedió Ernie, con voz seria.

Hannah asintió con la cabeza y continuó con su tarea.

Ernie abandonó el interior del castillo y se topó con un mar de estudiantes que congestionaban el camino por el patio que conducía al campo de Quidditch. Optó por mejor cruzar el castillo en una dirección diferente hasta llegar al patio central. Tardaría un poco más en llegar a su destino, pero al menos no tendría que abrirse paso en el mar de estudiantes.

Ernie Macmillan y el trío de bronce #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora