Am I Losing You

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Recuerdo verlo tirado frente a su casa.

Llevaba semanas sin verlo. Cuando sospeché de mis sentimientos, lo negué al instante y en el intento de convencerme de que no era real, dejé de subir a la superficie.

Un día, en un específico momento, las almas llegaban en incremento a la entrada del erebo. Todos con extremidades aplastadas.

Sentí una punzada en el pecho, e instintivamente ascendí entre los vivos.

La gente gritaba, corriendo a quién sabe dónde, y atrás de ellos, un gran robot.

La escena era estúpida, como siempre (pero no puedes esperar algo distinto si estás en South Park).

A su paso dejaba cadáveres masacrados. No quería lidiar con las almas al bajar, por lo que pensé en visitar al dichoso "francés".

Nunca antes había sentido tanto pánico.

La vida era algo que nunca aprendí a valorar, porque jamás me tomé el tiempo de pensar en cómo se sentirá perderla.

Cuando lo vi ahí, sentí aquellos sentimientos por los cuales consideraba al hombre como insignificante.

Esa noche lloré, recordé todos aquellos momentos que en su tiempo fueron insignificantes, pero ahora es lo más cercano que tengo cuando pienso en él. Esos momentos que, se supone, debieron ser el inicio de muchos más.

Como la primera vez que me visitó, abrí un agujero sin fondo y lancé su canasta con flores. Cuando me burlé de sus prendas por todo un día y él solo sonreía. Cuando fui a su casa por primera vez y escuchamos Stand By Your Man en el tejado. Cuando me mencionó que solo llegó a South Park de vacaciones con sus padres, y nunca más se pudo ir. Cuando inconcientemente lo llamé amigo, y sonrió tanto que juraba que estaba brillando. Cuando nos besamos porque supuestamente el vino en su repisa nos hizo delirar.

Jamás entendí lo precioso que fue tenerlo a mi lado, hasta que de un día para otro dejé de tenerlo.


Te maldigo, South Park.

Am I Losing You || DipDonde viven las historias. Descúbrelo ahora