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Había pasado un tiempo desde la última vez que durmió a lado de Rei. Desde que Miri obtuvo su habitación propia Rei regresó a la bañera y su habitación volvió a ser inhabitada, el único rastro de que alguien estuviera ahí era el nido que Suwa no deshizo en todo ese tiempo, según el como señuelo por si entraban a atacar. 


Kazuki no lo admitiría, no en voz alta, pero cuando está muy estresado por la nueva misión, está cansado de ser el sirviente de Miri y Rei o simplemente como un ocasional gusto, se escabulle a la habitación del omega dónde se acuesta en el nido dejándose abrazar por el aroma peculiar de su compañero, era tan seguido sus escapes al nido del omega que estaba seguro que ya se había aprendido de memoria el como estaba ordenado y estructurado por esa misma razón cuando lo vio diferente está noche lo hizo sentirse inquieto.


El nido tenía más ropa, pudo reconocer uno de los vestidos caros de Miri ahí, había más prendas suyas también, una sudadera que había olvidado que tenía y oh, ahí estaba su mandil, pero lo que realmente le generó un sentimiento abrasador fue ver los peluches que Rei había comprado cuando fueron a conseguir cosas para Miri aquel día, pero no solo esos, al parecer Rei se había escapado después para obtener más peluches que ahora decoraban su nido, o tal vez debería de revisar el cuarto de Miri y asegurarse que aún tenga sus jueguetes.


Cómo sea, hoy había sido un día agotador y estaba dispuesto a relajarse en el nido de Rei. Toma una foto de como están las cosas acomodadas para que una vez que se vaya todo quede igual a un inicio, con cuidado se mete en el nido, algunos peluches rodan y caen adentro del nido, algunas prendas se arrugan y se deslizan hacia los costados, pero no importa ahora, después arreglaría todo. Cierra los ojos mientras toma un gran respiro inundando sus pulmones de la mezcla de aromas. Sonríe inconscientemente cuando se da cuenta que el aroma que predomina es el suyo.


—¿Kazuki?


La voz rasposa y adormilada del Omega alteró por completo la tranquilidad del alfa. Demonios, no había forma de inventarse una excusa, "Oh, lo siento Rei, estaba buscando mi mandil y cuando lo ví en tu nido me acerque a tomarlo pero me caí adentro. Jajaja ¿qué casualidad no?" 


—Rei... Yo... Pensé que dormirías en la bañera como siempre. 


—Si... Sólo quería probar dormir hoy aquí. 


El silencio gobernó el lugar, Kazuki no sabía que hacer más que simplemente irse y esperar que Rei no haga ningún comentario después. 


—Bien, yo me...


—Solo hazte a un lado, cabemos los dos. 


El rubio mira aturdido al Omega que se mete en el nido dándole la espalda mientras abraza uno de los peluches que se habían rodado anteriormente. Kurusu se da la vuelta haciendo que sus espaldas choquen. 


—¿Por qué entras a mi nido?


—¿Eh? Solo fue está vez y aquella dónde estabas con Miri.


—... Ya te he dicho que eres malo mintiendo... Dejas mucho tu aroma cuando te vienes a acostar. 

La extraña calidez de la pólvora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora