Cap 7 - Desolación

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Buenas, aquí de nuevo xd.

Aquí el cap 7 y el final de este arco, bueno... ya veremos que sucederá. Sin mas, disfruten.

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*PLAP..... PLAP..... PLAP*

El sonido de lentos pasos llenaban los pasillos ya destruidos.

Fue intercalando en pasos de 3 segundos, tomando una enorme cantidad de tiempo el llegar a la salida iluminada de los restos del pasillo.

Si alguien estuviese en la salida esperando, se asustaría por los inquietantes pasos del interior del oscuro túnel, claro desde el punto desde ese punto de vista no se podía deducir si los pasos eran de una persona o quizás un monstruo.

Pero minutos después, el eco de las pisadas fue reduciendo... hasta que finalmente se reveló el dueño de las mismas.

Siendo simplemente una muy conocida elfo peli jade, Riveria.

Sus ojos rojos y algo hinchados de tanto llorar se podían notar a simple vista, mas su errática forma de caminar a pesar de no verse herida alguna en su cuerpo.

Ella no estuvo sola.

Sosteniendo muy fuerte entre sus brazos, su hijo yacía aun inconsciente, bañado de sangre y con varias heridas ''cerradas'' pareciendo que en cualquier momento se volverían a abrir.

También, atada a su delgada cintura ella cargaba la hermosa y pesada espada de su recién fallecido esposo. Siendo esta una razón por la cual ella caminaba de forma lenta.

Justamente en ese momento había terminado de salir del laberinto que le quitó una parte importante su vida.

Y como si el cielo se estuviese burlando de ella, ya a metros lejos de la entrada de <Knossos>... empezó a llover.

Siendo una lluvia que gradualmente empeoró.

Pero no fue impedimento para Riveria, quien toda empapada de la lluvia... siguió caminando al mismo ritmo desde que salió de Knossos.

Su cabello le tapaba mas de la mitad de su rostro, de cierta forma ayudando a limpiarse un poco la sangre que llevaba al estar cargando a su ahora, ser mas preciado.

—Nunca dejaré que algo te pase... mi bebe.

Fueron sus dulces y a la vez apagadas palabras.

Apegó a su hijo contra su hombro y posó su vista al frente para comenzar a dirigirse a la salida de la calle dédalo. Le tomó un tiempo debido al estrés que no le dejaba pensar... tanto así que la noche cayó.

Una fría y neblinosa noche en la ciudad de Orario.

Talvez ella lo sintió así por estar completamente empapada de la lluvia al igual que su hijo, quien notoriamente empezó a temblar.

Nuestro hermoso secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora