Zero, Noah y Sushi se encontraban organizando la tienda de muebles.
Mientras terminaban, Noah preguntó algo que resonó en los oídos del híbrido ender.N - ¿Y ya le diste un beso? -
Z - ¿QUEEEE? ¿COMOOO? -Nunca pensó en darle uno apropósito. ¿Antes le había besado? Si, pero nunca en alguna otra parte que no fuera la mejilla.
Cuando se despedía le daba uno, por costumbre y no por otra cosa.Noah continúo hablando.
N - Le has dado todo y aún así ni te topa, no estás cansado? -
Ss - Awww, que lindo que sigas esperando a que te corresponda -
N - También patético ¿Quién seguiría esperando por alguien que siquiera le dice un "Hola"? -
- Bueno, ya ¿No? -
- Ay, no te ardas. Además, tu sabes que siempre estoy disponible, Zero -Los dos rieron, sabían que era broma. Pero, por un segundo, para Noah no lo fue.
Ss - No le hagas caso a este pendejo. Ánimos Zero -
Z - Ujum, gracias... -.
.
.El híbrido se la pasó todo el día con sus amigos, explorando los alrededores del pueblo por tercera vez.
Desde caídas hasta sustos por un creeper que apareció de la nada.
Se estaban divirtiendo mucho, y Noah pudo acercarse mucho más al híbrido.
Fue entonces que comenzó la noche.
Todos fueron a sus casas.La tensión que sentía Zero era demasiada, en algún momento olvido lo que le había dicho Noah en la mañana.
Un beso, algo que nunca había pasado por su mente, ahora lo torturaba.
Pensó que sería buena idea dar el siguiente paso. ¿Pero como?
¿Que podía tomar como excusa?
Era un cobarde y lo sabía, pero no lo pueden culpar.
Tenía miedo al rechazo, siempre fue así.
Y ahora que tiene a alguien que lo hace muy feliz, no quiere perderla.
Sonará muy egoísta pero era la verdad, estaba completamente enamorado y no quería que eso se acabara.De pronto hablo Glosh, había olvidado que ella estaba ahí.
- Hoy tardaste más que de costumbre ¿Fuiste con Nish? -
- Sip, y también con Sushi -
- Ya veo -
- Ujum... -
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Terrible Amor
RomanceSu amor llegó a otros niveles, el tiempo pasaba y seguía esperando por ella. En cambio, Glosh no mostraba interés alguno, por lo menos no de esa manera. Fue hasta que un día, le regalo una flor. La ilusión del híbrido incremento, su amor platónico a...