Midnight Love

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Parte única.

La noche era fría, había tráfico y las ventanas estaban abierta de par a par. Rodrigo estaba recostado en mi hombro profundamente dormido, mientras dejé caer mi cabeza en el espaldar del largo asiento, el alcohol comenzaba a hacer efecto y mi pecho se alzaba por cada latido que mi corazón daba. Daría todo por estar en mi casa, tumbado en mi cama y a su lado, al lado de mi gran amigo.

-Llegamos. -dijo el conductor antes de girarse y vernos a ambos, moví suavemente mi hombro tratando despertar al más bajo que tenía al lado, no costó demasiado, pero su rostro estaba mucho más rojo de lo que me imagine, parecía un pequeño tomate

El castaño sacó un par de billetes para poder pagar, me indicó que bajara del auto y antes de hacerlo le agradecí al conductor por habernos traído sanos y salvos. Rodrigo me tomó por la cintura antes de yo rodear su cuello con uno de mis brazos, y así fuimos por todo el edificio hasta encontrar el ascensor. No había dejado de verlo desde que salimos del lugar de la fiesta, su cabellos estaba mojado por la lluvia al igual que su ropa, sus verdosos ojos hacían una perfecta combinación con la amarilla luz del ascensor, iguales a dos bellas esmeraldas.

-Estas hecho pija. -me miró sonriente, no había notado lo rojo que comenzaban a ponerse sus mejillas

-Mirate vos boludo.

Busco la llave en ambos bolsillos sin éxito, para suerte suya y para noticia mía había dejado la dichosa llave en uno de mis bolsillos, quizás antes de ir a bailar con esa chica dejó caer la llave en uno de mis bolsillo temiendo a perderla. Sabía moverse con el ritmo de la música, sus delicadas caderas y su cabello jugaba con la pequeña briza que el lugar tenía.

-¡El sillón hijo de puta! -corriendo se acercó hacia dónde hace un par de segundos deje caer mi cuerpo, mi ropa estaba igual de empapada y ahora su sillón también lo estaba

-Tranqui, se secara solo.

-No, vos lo secaras. -corrió hacia el baño y trajo una pequeña toalla, entendí por su mirada que quería que limpiará el desastre-Cuando termines vení a la pieza y...

-No, no, me iré a mi casa, creo que ya hice, mucho desastre por esta noche.

-Ni creas que te dejaré salir así, te quedas aquí, y no quiero oír tus quejas. -ahora ya entiendo porque tenia tanta debilidad por él

-Gracias Rodri.

-No te preocupes, vení te daré ropa. -ambos caminamos hacia su pieza, la diferencia era un poco grande y dudaba demasiado que su pequeña ropa encajara en mi cuerpo, aunque nada perdíamos intentándolo.

Abrió un par de cajones mientras yo veía con detenimiento el escritorio que estaba en su habitación al igual que un par de peluches en su cama, tenía un gran espejo en la pared que me dejaba ver más de cerca lo mal que mis ojeras se veían debajo de mis ojos.

-Toma. -me estrecho una remera y unas bermudas recién planchadas. -¿Querés algo para secarte el cabello?

-No, no está bien. -sacudi mi cabeza en un mal intento por quitar el agua que había caído -Bien, tenes razón, creo que si nesceisto la toalla mi cabello esta empapado.

-Se te ve muy bien el pelo mojado. -sonrió amable

-Cerra el orto, yo no...

-No, en serio, mira. -puso una de sus manos en mi espalda baja haciendo que girará para quedar frente al espejo de antes, no movió su mano de donde estaba y con la otra desordeno un poco mi cabello haciendo que un mechon cayera sobre mi frente -Especialmente así.

Mi respiración comenzó a ser pesada, no sabía el porqué pero su toque había causado algo raro en mi, no era la primera vez que lo hacía y tampoco sería la última, éramos mejores amigo y hacíamos bromas, besos en las mejillas y abrazos que no se conciderarian del todo apropiados frente al resto.

𝗠𝗶𝗱𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁 𝗟𝗼𝘃𝗲 - 𝘳𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora