La historia presentada a continuación, contiene angustia, depresión, intentos de suicidio y suicidio, autoayuda e intento de romance.
Se recomienda leer con discreción, también, con una música de fondo triste.
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Ser abandonado por sus padres, ser olvidado por todos, estar endeudados y tener una disque fama que le ayudaría conseguir trabajo, hace que la vida de Kaveh sea un martirio, se encuentra viviendo en casa de su amigo-rival, no entiende como, pero se encuentra ahí, recibiendo todos los días, la burla de su compañero de piso, no hay un día en que reciba un elogio, siempre es abrumado por las pésimas palabras y cientos de comentarios estúpidos.
Apenas abrió sus ojos, está cansando, pues verse pequeñas bolsas oscuras debajo de sus ojos, solo quiere sentirse mejor, quiere a menos recibir unas buenas palabras antes de continuar, pero...
No...
Había ido al baño, se tomó la ducha con agua fría, incluso escucho de lejos el comentario de Alhaitham, de cobrarle un presupuesto si usa el agua tibia, para Kaveh, eso ya no importa, está acostumbrado al agua fría, miro sus muñecas, llenas de cortadas que apenas comienzan a cicatrizar, es un miedo, le teme a morir y desea tanto su muerte.
Después de darse una ducha y vestirse, paso de largo, ignorando la cocina que para esos momentos se encontraba el escriba haciendo el desayuno. Quien antes de que el rubio pudiera marcharse, le llamo.
— ¿No vas a desayunar?
Escucho solo un "No" de parte del rubio y se dispuso a irse, no podía estar más tiempo ahí, ya tenía tiempo que no probaba una buena comid, desde que sus padres vivían juntos y de un día a la mañana su felicidad se fué, tras la muerte de su padre y su madre mudandose lejos, solo para morir con alguien y el ni pueda ni verla, solo tenía oportunidades de comprar bebida para destruir su cuerpo y recuerdos, todo lo que una vez soño, atesoro, se iba de sus manos, pensó que tendría amigos que lo apoyarían y así paso, pero después de un tiempo, su mente le hizo ver qué no, que posiblemente era un problema para ellos, que solo los buscaba para decirle sus problemas, que lo más seguro ellos ya estaban harto de esas visitas y charlas sin sentido. Se encerró en su propia burbuja, creyendo que a nadie le importaría si él muriera.
Camino un poco por las calles de Sumeru, necesitaba conseguir dinero, necesitaba pagarle a Dori y Alhaitham la renta de ese mes, sin embargo, no había nada, no había ningún trabajo o alguien que quisiera aceptarlo, ni por más mínimo trabajo o acción.
Dió un suspiro, salió de Sumeru, en dónde tomo asiento en un tronco caído, mirando el horizonte selvático, llena de vida y emociones de alegría, incluso miro a lo lejos los pequeños hongos elementales que parecía vivir en armonía con los slime, su pequeño maletín robótico apareció, intentando animar a su dueño, pero en cambio, Kaveh estaba tan cansando, estaba frustrado de esa vida que tenía y tal vez era el momento de decir adiós.
— Mehrak, creo que es tiempo de despedirnos...
Una sonrisa débil surgió, mientras sus ojos rojizos demostraban un toque cristalizado, era evidente que le dolía tanto decir esas palabras, pero no podía hacer más, su cuerpo ya no le daba más, ya no deseaba seguir adelante, todo su trabajo, todo sus dedicación no había servido de nada, el pequeño maletín se dió cuenta, entendía un poco los sentimientos humanos a pesar de no demostrarlo intento animarlo, mostrando los planos de aquel enorme proyecto, que se olvidará de todo esos pensamientos pero... No, solo siguió sonriendo, está vez para verse como gruesas lágrimas caían por sus mejillas.