the penalty

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El Ragnarok había terminado, la humanidad había ganado por poco, habían triunfado. Todo estaba "bien" los dioses y humanos caídos serían devueltos a la vida.

Pero había un demonio que sería juzgado a pesar de haber ganado para los dioses, su nombre era Beelzebub, el príncipe demoníaco y señor de las moscas, el pecado de la gula y Satanás renacido.

Cometió crímenes contra los dioses, no solo contra la humedad, sino que contra las grandes deidades también. Zeus el dios supremo del Olimpo fue quien decidió que Beelzebub sería castigado ante los pecados que había cometido.

El dios del inframundo solo podía maldecir en silencio. "Gracias a mis crímenes gané mi batalla contra el humano" "cuando gane por ustedes me alabaron, pero ahora me juzgan".

Tantos eran los pensamientos de Beelzebub que estaba llegando un punto en que ya no se podía controlar. Había ganado su batalla en el Ragnarok y así le pagaban, castigandole sin más.

La poca paz que había sentido cuando ganó su pelea desapareció, sentía satisfacción de haber desquitado un poco su cólera con los humanos por ser los responsables de la muerte del único pilar en su vida: Hades, la única persona que estuvo para él desde que todos los demás se habían ido o se habían alejado.

La amargura lleno su ser de solo volver a pensar que Hades estaba muerto, una opresión en el pecho era señal de que había resentido la muerte del rey del inframundo más de lo que hubiera pensado. Se negaba a aceptar que llegó a derramar una lágrima cuando vio como la única persona que le quedaba en la vida había muerto, a manos de un patético humano.

Iba a hacer que pagarán, había prometido, pero solo pudo matar a uno de ellos y ni siquiera pudo conseguir que toda la humanidad fuera extinguida.

Se había llenado de cólera y odio como nunca antes. Más porque le estaban dando la espalda.

Salió de sus pensamientos al escuchar que Adamas le hablaba.

— Oye, tienes que ir a ver a Zeus.— recordó el ex dios del Olimpo sin mayor importancia.

Beelzebub no respondió, solo se paró del sillón en el que estaba y empezó a caminar fuera de su "área" para ir a dónde los dioses le juzgarían.

Adamas solo miro como el demonio se iba, por un momento sintió pena, su hermano había decidido juzgarlo justo cuando Hades iba a volver, por lo que el señor de las moscas no podría verlo. Adamas estaba seguro de que tipo de castigo iba a ser aplicado.

Mientras tanto Beelzebub caminaba con pesadez, se sentía pesado. Su suerte era una mierda, justo cuando Hades iba a volver lo mandaban a llamar para poder aplicar su castigo.

Cuando llegó a la sala en donde sería juzgado se encontró en la puerta a Hermes y a Ares, quienes evitaban mirarlo, como si fuera una peste, pero no le importaba, nada le importaba en ese momento.

— Señor Beelzebub, nuestro señor Zeus y los demás dioses lo están esperando.— dijo Hermes haciendo una leve reverencia antes de abrir las puertas.

— Bien.— fue la única respuesta del demonio antes de entrar.

Ignorando todos los ojos que le miraban entró a la sala, las puertas fueron cerradas y por primera vez en todo ese rato alzó la mirada.

En unos asientos vio a Zeus, Odín, Shiva, y a Buda. Ningún otro dios estaba a la vista, al parecer solo ellos juzgarían su destino.

— Beelzebub, príncipe demoníaco y pecado de la gula, supongo que sabes porqué estás aquí.— hablo por primera vez seriamente Zeus.

— Lo sé Dios Zeus.

— Estás aquí por haber sido culpable de que Zero fuera envenenado. También por usar técnicas prohibidas en tu combate contra el humano Tesla.— mencionó Buda mientras comía uno de sus típicos dulces.

Uᥒᥲ ᥙ́ᥣtιmᥲ vᥱz [Beelzebub x Hades] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora