Habían pasado una o dos horas desde que Beelzebub había estado en ese parque. Solo caminaba de un lugar a otro pensando en que podía conseguir, algo afiliado.
Después recordó algo que había omitido por todo ese tiempo que había estado ahí pensando en conseguir algún arma. No tenía dinero, ni ningún recurso para poder pagar por un arma.
Chascó la lengua molesto por su mala suerte que persistía aún estando en el mundo mortal. Se recargó en un árbol, dejándose llevar por sus pensamientos mientras cerraba los ojos, en busca de calmar su creciente estrés.
Llevó sus manos a su cabeza, sosteniéndola con un poco de fuerza.
— Jovencito.— escucho una voz a su lado, tomó aire disimuladamente antes de abrir los ojos, topándose con una mujer mayor.
Bajo sus manos dejándolas caer a cada lado.
— ¿Qué se le ofrece?.— preguntó cortésmente, su mirada apagada miraba a la anciana disimuladamente.
— ¿No me reconoces?.— el pelinegro se quedó en blanco por unos segundos, procesando que la mujer lo conocía.— soy la señora Liliana. Te he cuidado desde pequeño.
Beelzebub pensó bien su respuesta. Era raro que le conocieran en ese mundo, aunque quizás...tuvo una vida ahí, una de la que no está ni un poco enterado.
— Cierto, discúlpeme señora Liliana.— pidió una disculpa el pelinegro, a decir verdad no la conocía en absoluto, pero era mejor fingir que sí para acumular información.
La anciana sonríe con amabilidad, acercándose más al pelinegro.
— ¿Cómo has estado con tu madre?— cuestionó la mujer como si supiera cada cosa que pasaba en la casa de Beelzebub y la mujer pelinegra que se suponía era su madre en ese mundo.
— Supongo que normal.— contesto solamente eso, sin saber que más responder por el poco conocimiento que tenía de esa vida.
— Oh ya veo muchacho. Tu madre siempre me decía que eras una maldición para ella, por eso te llamo Beelzebub. Un demonio para ella eres.
El pelinegro guardó silencio. Una maldición... ¿Por qué?
— Supongo que usted sabe porque soy una maldición para ella.— cuestionó Beelzebub, dirigiendo su mirada cansada a la mujer.
— Claro muchacho. Me sorprende que hayas olvidado que cuando apenas tenías cinco años venías a mi llorando y diciendo que tú madre no paraba de decir que eras producto de un abuso.
Así que era por eso.
Pensó Beelzebub suspirando levemente. Si su vida como dios era horrible, su vida como humano parecía hacer competencia para ver cuál era más horrible y cuál haría que quisiera matarse más veces.
— Nunca me gustó llamarte por tu nombre. Ningún humano debe ser bautizado con el nombre tan horrible de Beelzebub, un demonio.— las palabras resonaron en la cabeza del más alto.
El nombre de Beelzebub es una maldición.
Era justificable que las personas pensaran eso de él, en más de una ocasión fue al mundo humano a causar un sin fin de desgracias, incluso las personas le empezaron a llamar Satanás. Satanás vino a hacer el mal.
Eso no le molestaba, no le molestaba que las personas pensaran así de él. De la única persona que escuchaba sus palabras era de Hades, quizás y solo quizás también de Adamas. Pero solo de ellos.
Suspiro una última vez antes de incorporarse para poder caminar a cualquier otro lugar que no fuera ese parque que ya le estaba pareciendo aburrido y sofocante, más teniendo en cuenta que las personas ya estaban llegando, haciendo que el parque cada vez estuviera más lleno.
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Uᥒᥲ ᥙ́ᥣtιmᥲ vᥱz [Beelzebub x Hades]
FanfictionEl Ragnarok había terminado. muchas cosas pasaron, antes y después, la más interesante fue saber que Beelzebub iba a ser juzgado. /////////////////////////////////////////////////// - Contenido con escenas de violencia gráfica. - Pareja principal: B...