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Vinsmoke Sanji desde su nacimiento a sido un hombre amable. El tercer hijo de Judge si bien no fué lo que el quería, obtuvo todo lo que sus hermanos no, amor, amistad y confianza. Dotes maravillosos en la cocina, cosa que no tenía ni por roce que ver con las peleas, una labia incomparable y respeto. E incluso hay quienes dijeron alguna vez que a pesar de que sus hermanos nacieron con él, sin duda Sanji era más Bello que cualquiera.
Tanto en alma como en cuerpo.
Charlotte Pudding en cambio, desde su nacimiento fué vista como una bebé poco dotada de belleza por un particular ojo que lleva en la frente. Y a juzgar por lo poco que su madre alagaba su rostro diciendo que debía taparse el orbe, los niños del pueblo molestándola hasta el punto de llamarla mounstro, la niña no hizo más que crecer guardando esos sentimientos de ira y tristeza, creando en consecuencia una doble personalidad.
Impulsiva, malvada, egocéntrica y egoísta, segando por completo lo que ella era realmente. Privandose de que tal vez alguien la querría con todo lo que hasta ese momento la mayoría de su familia e incluso aldeanos odiaban de su persona.
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Hace un tiempo Big Mom mencionó algo que Pudding nunca pudo olvidar.
'—Pudding eres una hija hermosa, de eso no hay duda. Desde que tapaste tu ojo debo admitir que estaba equivocada al pensar que no eres una mujer agraciada. Pero debes saber que todo lo que tendrás en un futuro, que no venga de nosotros, serán cosas que los demás te den por tu belleza y falso carisma... ¡Mama-mama! Jajaja, es gracioso. Nadie te lo daría de saber el horrible aspecto que tienes bajo el flequillo-la mujer rió tomando un pedazo de pastel. Pudding bajó la mirada-. Con esto me refiero a que no importa lo que le hagas a esa terrible personalidad que tienes y a ese ojo. Por que son ellos los que te impedirán encontrar a alguien que te demuestre sinceramente sus planes contigo. Así que hija mía desde ya vete despidiendo de las absurdas fantasías románticas, e incluso las amistosas.
—...¡Jajaja! Claro, mamá.'
Aunque oír esas hirientes palabras de su madre aplastaban su corazón, Pudding creyó que buscar una persona que la quisiera por quien era y por como se veía haría cambiar a su madre de parecer. Pero lamentablemente una noche de debilidad, cuando las lágrimas de Pudding caían incontrolables por sus mejillas, observó su reflejo en el espejo con alto pesar.
Y en su dolorosa soledad decidió que dejaría de buscar.
¿Por que quién podría un día amar a una bestia?
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