Capítulo 26

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El dolor que sentía en la parte de atrás de su cabeza, le estaba matando después que pasara el efecto de la adrenalina en su cuerpo.

Ahora era un dolor insoportable sentía como su cabeza se partía en dos, llena de sangre posiblemente con fragmentos de vidrios incrustado.

Jackson se encontraba sentado en el suelo después de que Theo cayera al suelo le dio una patada en su rostro y con un jarrón de vidrio que estaba aún lado de la puerta le pego en la cabeza, el jarrón estallo en fragmentos.

El golpe lo dejo aturdido, solo podía ver como sangre caía, apenas logro observar que Theo se levantó y tomo en los brazos a su pequeño hijo mientras corrían.

—¡Maldito! ¡Crees que escaparan de mi tan fácil! ¡Te voy a encontrar y te mataré a golpe estúpido!— Grito furioso. — ¡Max! ¡Atrapa a ese miserable!— nuevamente grito adolorido, pero no recibía respuesta. Hasta que llamo por el celular a Max indicándole que subiera rápido.

Max corrió a toda prisa al entrar por la puerta del personal de servicio encontrándose con Theo y Amelia corriendo por los pasillos.

Ambos tenían un rostro de sorpresa su plan de escapar había fallado, sus corazones sentían miedo de ser castigados.

—Joven Theo corra, haré que no los he visto. ¡Vallan rápido que los demás aun no vienen! ¡¡corran!!— Max vocifero nervioso.

Theo asintió, Amelia lo sujeto de la mano y corrieron hasta llegar a la puerta del personal de servicio de la residencia.

Los guardias y empleadas habían estado en secreto celebrando el cumpleaños de uno de ellos, por lo que tenían tiempo de escapar y de hacerlo rápido.

Max corrió despacio hacia el despacho, al ingresar podía ver a su jefe en el suelo con sangre en la cabeza.

—Señor, ¿qué ocurrió?— Max pregunto, caminando hasta donde Jackson que estaba furioso.

Jackson lo abofeteo apenas llego, este del golpe escupió sangre de sus labios. Max solo se limpió con la manga de su camisa.

—¡Hijo de perra! Te estoy localizando desde hace rato, busca a ese maldito omega que escapo con mi hijo. No me importa lo que tengas que hacer, si es necesario golpéalo o lo amarras, pero me lo traes— ordenó chasqueando los dientes mientras se tocaba la cabeza del dolor.

Max seguía parado, sin moverse procesando lo que diría para darle tiempo de escapar al Joven Theo, el beta era testigo de muchos maltratos de alguna forma quería ayudarlo, pero le era imposible hacerlo directamente y en esta ocasión lo ayudaría.

—¡Imbécil! Porque aun sigues parado aquí, lárgate, ¡¡búscalos con la ayuda de esa banda de ineptos de guardias!! Me lo traen ahora o serás comida para Heimdal, ten este suéter de esa basura — advirtió mientras lanzo una prenda de Theo. —Suelta a los perros— fue lo último que dijo con una sonrisa malévola.

Max asintió saliendo de la habitación de seguro para este tiempo el joven Theo estaría bien lejos era lo que rogaba, por el pasillo se encontró con Amelia que al verlo solo asintió.

Jackson tomó el celular en sus manos marcando un número el cual no tenía registrado.

—¿Kenji?— susurro, el otro lado de la llamada confirmó el nombre. —Necesito de tu ayuda, es de suma importancia lo que quiero que hagas— fue lo último que agrego Jackson.

Max estaba en busca de los demás guardias, los skadis y Heimdal.

—¡Jacob! ¡Stefano! ¡Lionel!— Grito fuerte Max, estos se levantaron rápido. —El jefe Jackson, quieren que busquemos al joven Theo y Damián han escapado de la casa, traigan a Heimdal y los skadis...

Lágrimas de un lobo blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora