Hija de la muerte.

capitulo 13

Maya miró a Klaus por un momento, encontrando increíble que él realmente estuviera allí, que la hubiera alcanzado antes de que le dispararan, "Te tomaste tu tiempo", es lo que dijo, en lugar de agradecerle.

"Tu madre dijo que estabas al norte del zoológico, en realidad estás al oeste", comentó, sin preocuparse por los otros miembros de Augustine, Enzo había sacado uno, Kol había conseguido uno y ambos se habían contenido. los dos últimos miembros, Klaus los necesita para encontrar a Damon.

"Mis disculpas, la próxima vez que corra por mi vida, les pediré a mis perseguidores que esperen un segundo mientras me oriento".

"Muy apreciado amor", sonrió Klaus, era bueno saber que no estaba demasiado traumatizada por este último roce con los problemas.

Se acercó más a él cuando, el hombre que supuso que era el hermano de Klaus, mantuvo a sus dos rehenes asegurados, y Enzo miró a su madre, "Gracias por venir por mí", sus ojos viajaron sobre su madre, que actualmente estaba apretando. la vida de Enzo, "Acabo de matar a tres personas frente a ella".

"Tres personas que te habrían llevado para torturarte y luego matarte, ella lo sabe, y estoy seguro de que no te lo reprochará".

"¡MAYA!" Jenna gritó, corriendo hacia su hija.

"¡Mamá!" envolvió sus brazos alrededor de Jenna, Maya nunca había temido por nadie como había temido por la vida de su madre, iba a hacer pagar a Augustine.

Jenna se apartó y miró a Klaus, "Gracias", dijo, Klaus asintió en respuesta, Jenna se volvió hacia Enzo, sus ojos se endurecieron cuando vio a los dos hombres que Kol había atado, "Necesitamos llevarlos a un lugar privado; Necesito encontrar a Damon".

Maya estaba sorprendida por su madre, Jenna tenía que haber sabido lo que iba a pasar con estos hombres cuando Enzo los llevó a un lugar tranquilo, "Llévalos de vuelta al apartamento", dijo Maya, "Si no tienen la ubicación de Damon, entonces puedo haz un hechizo de localización desde allí."

Enzo asintió, "Nuestro lugar no está lejos", respondió.

"Kol", dijo Klaus, "Tráelos y sígueme". Agarró a Maya, mientras que Enzo tomó a Jenna, y Kol puso en pie a los dos rehenes y corrió detrás de su hermano.

Damon fue rociado con un balde de agua con verbena y gritó al despertarse, se sentía débil, apenas podía moverse, debieron darle más verbena mientras estaba inconsciente. Estaba en un piso de concreto, su piel ardía con cada movimiento, había una pared sólida detrás de él y barras rodeándolo por tres lados. "Despierta, despierta vampiro", escuchó decir a una voz.

Gimiendo, trató de sentarse, solo para que le arrojaran más agua de verbena, y volvió a gritar, golpeando el suelo, aplastó el miedo que sentía al ser atrapado, al estar a su merced. Estaba amortiguado, pero podía oír los sonidos de la ciudad, los coches que pasaban, el metro, el acento distintivo de los neoyorquinos que se arrastraban. Damon giró la cabeza en dirección a sus captores, "¿Qué diablos quieres?" tosió.

Una mujer se acercó al hombre que tenía delante, incluso si tenía la energía, estaban demasiado lejos de las barras para que él pudiera atacar, "Creo que sabes exactamente lo que queremos", dijo ella, "Estabas haciendo tal cosa". un buen trabajo escondiéndola también. Justo hasta que tú y su madre salieron a almorzar".

"No te voy a decir nada", dijo Damon con los dientes apretados, no renunciaría a Maya, no cuando sabía exactamente lo que le esperaba. Se alejó de ellos, notando finalmente las pesadas cadenas que le habían colocado, no era de extrañar que sus muñecas y tobillos estuvieran ardiendo, también habían atado el interior de las esposas con verbena.

"Dices eso ahora", dijo el hombre, "pero tenemos formas de hacerte hablar". Recogió una botella que contenía algún tipo de químico: "Ahora, personalmente, prefiero ensuciarme las manos, pero realmente no tenemos tiempo para eso, así que vamos a comenzar con algo fácil de usar y muy doloroso. Yo Sin embargo, tengo que admitir que me gusta escuchar a sus repugnantes criaturas gritar cuando usamos esto". Sacó una jeringa y la llenó, abriendo la celda que Damon no podía mover, "Veremos cuánto aguantas con esto corriendo por tus venas". El hombre clavó la aguja en el estómago de Damon y presionó el émbolo, Damon gritó, su sangre se sentía como si estuviera en llamas, y se estaba extendiendo al resto de su cuerpo, este dolor, mucho peor que la simple verbena. ¿Qué le estaban haciendo?