𝗪𝗲𝗮𝗸 𝗮𝗻𝗱 𝗣𝗼𝘄𝗲𝗿𝗹𝗲𝘀𝘀

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Digging to the rhythm and the echo

of a solitary siren

One that pushes me along and leaves me so...


Observó el plato de comida frente a él. La comida recién hecha y sencilla, pero que Seokmin vio como un lujo.

Huevos estrellados con la yema naranja y líquida, esperando a escurrir sobre la blanca clara. El tocino acomodado en tiras, perfectamente dorado. Frijoles en bola, fuentes de vitaminas que tenía mucho tiempo sin consumir. Champiñones dorados esparcidos sobre el plato. Un vaso de agua y otro con jugo de naranja.

Tenía las manos en su regazo y veía la comida con ojos de extraño. De lo único que se había alimentado en los últimos días era su droga. Así de jodido estaba. Su dinero era utilizado para eso y nada más.

—Adelante, come, te prometo que no soy mal cocinero.

La voz de Joshua lo sacó de sus pensamientos. El doctor comenzó a comer y le señaló con un ademán para que hiciera lo mismo.

Seokmin tomó el tenedor con su mano derecha que milagrosamente había dejado de temblar. Después de tomarse las pastillas que el doctor le dió, sintió que los síntomas usuales de la abstinencia cedieron poco a poco.

No había sido igual que consumir la cosa real, pero no tenía opción.

¿De verdad quería cambiar? ¿De verdad buscaba una salvación? ¿De verdad merecía esa salvación?

Picoteó con el tenedor sobre una tira de tocino. No era que no tuviera hambre, en realidad tenía demasiada, pero aún le quedaba un poco de decencia bajo toda la mugre en la que estaba cubierto.

No comería como un animal frente al educado hombre, también tenía un orgullo que guardar. Sabía cómo se veía, eso no lo podía controlar. Pero su actitud sí.

O al menos, eso creyó.

El primer bocado fue suficiente para romperlo. Sintió los ojos escocer, estaba comiendo comida casera por primera vez en mucho tiempo.

Eran alimentos sencillos, nada de lujo, sólo comida caliente, un plato lleno de ella, ofrecida hacia él.

Sintió las lágrimas acumuladas en sus ojos y el tenedor moverse por sí sólo dentro de su boca, masticando con tanto gusto que no supo qué sentir entre todos los sentimientos que lo invadieron.

No quería llorar por algo así. Joshua lo miró discretamente y sonrió suavemente al verlo comer con tanto apetito ya sin restringirse. Podía intuir que clase de vida había tenido Seokmin últimamente por su simple comportamiento. No había sido nada fácil para él.

Seokmin no lloró, pudo soportar la emotividad, pero la conmoción era mucha. Quería recordar tener el estómago lleno y no sólo las venas.

—Cuando terminemos de comer quiero echar otra mirada a la herida de tu ceja, si me permites.

Joshua habló de nuevo y Seokmin le lanzó una mirada rápida por encima del vaso de agua al cual le dio tragos largos. También había ignorado lo deshidratado que se encontraba.

Frunció el ceño, desconcertado ante el comentario de Joshua. Bajó el vaso para hacer la cuestión.

—¿Tengo una herida en la ceja?

Probablemente tuviera más heridas que esa, no lo sabía. Cicatrices para la vida ya le sobraban.

—Sí, pero nada grave, sólo requirió dos puntadas —respondió Joshua, limpiando sus manos con una servilleta.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2023 ⏰

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Thirteenth Step (SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora