Insane Daisy

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Era un día cualquiera, en la ciudad de New York en EE.UU. Daisy iba caminando a la escuela como todos los días. 6:00am, las clases comenzaran en 30 minutos, pero a ella le gusta llegar temprano para hacer los deberes que no hace en su casa. Allí, se dedica solo a leer o a ver películas. Ambos de genero terror.

Daisy, con 17 años, siempre ha tenido una pasión profunda por las películas, libros, videojuegos, relatos o lo que sea que tuviera que ver con el terror. Le parecía excitante el hecho de que allá afuera pudieran haber criaturas desconocidas, monstruos y demonios. Asesinos y psicópatas sueltos. Es una descarga de adrenalina cada vez que se encontraba sola en algún lugar oscuro mientras que pensaba en que cualquiera de ellos pudiera acecharla y asesinarla. Eso era lo que más le gustaba, el miedo... No tan miedo.

En cuanto pone un pie en su escuela, recibe todas las miradas de los presentes — Los cuales no eran muchos — que la observaban con desdén y con algo de repulsión.

Ella no les presta atención y sigue caminando con la mirada en alto a través de los pasillos hasta su aula de clase. Todos los días era así, ella recibía miradas extrañas y repulsivas de sus compañeros, ya que todos estaban enterados de su actitud un tanto macabra y diferente. Su aspecto de chica gótica-no-tan-gótica ayudaba un poco. Y lo llamo así ya que no es del todo gótica. Ella suele vestirse con colores oscuros y con maquillaje que le da un tono pálido y algo aterrador a su rostro. Tiene el cabello completamente lacio y negro como el carbón, un mechón de este cae siempre sobre su ojo derecho, el cual ella no se molesta en apartar.

Ese día ella llevaba una camiseta ajustada gris oscura, jeans ajustados negros, tenis negros y un collar de taches. Su cabello completamente suelto caía detrás de su espalda, a excepción de ese mechón que siempre estaba frente a su ojo.

En cuanto se sentó en su lugar de siempre —Lado izquierdo, en el centro— Saco su cuaderno y comenzó a realizar sus deberes que no hizo en casa. En cuanto termina, nota que aun faltan 15 minutos para que comiencen las clases. Así que decide dejar sus cosas en su lugar y caminar un poco.

En los pasillos ya se encuentra más gente, de los cuales el 90% le lanza miradas como si ella fuera un bicho extraño. Ella no se molesta, nunca quiso agradarle a la gente. Solo pasó de largo hasta llegar a la parte de atrás de la escuela, donde algunos alumnos se reúnen a fumar escapando de los profesores. Allí ella se sentó simplemente observando al vacío.

"Seria una buena situación para que alguien me atacara... podría acorralarme en aquella esquina y con un cuchillo revolverme el estomago hasta que no sea mas que un cuerpo vacío"

Ella ríe ante su pensamiento, mientras imagina a alguien haciéndole todo eso, lo cual ella encuentra reconfortante y cómodo. No le molestaría en absoluto pasar por eso.

"Podrían vaciarme una botella de acido hasta que no se vea nada mas que músculos en vez de mi rostro. Podrían arrancarme los ojos con un cuchillo y aquí nadie podría escuchar mis gritos para ayudarme"

Mientras más pensamientos macabros pasaban por su cabeza, ella más reía con mayor fuerza. Siempre le divirtieron las escenas perturbadoras y fuertes como asesinatos y masacres.

"Podría llegar alguien y arrancarme la piel lentamente mientras me tiene inmovilizada con algo de veneno no-letal"

Cada risa se convertía en carcajada a medida que seguía imaginando esas escenas de ella siendo torturada hasta la muerte. Pero todo ceso cuando escucho el timbre que iniciaba las clases. Con un bufido se levanta de su lugar y camina lentamente con las manos en sus bolsillos hasta llegar al salón de clases, donde su maestra ya esta adentro saludándolos a todos.

— Llegas tarde, Daisy — Dice la maestra en tono de regaño. Daisy solo se encoje de hombros en respuesta.

— ¿Puedo pasar? — Pregunta, pero no espera la respuesta cuando ya esta caminando y sentándose en su lugar, la maestra suspira y lo deja pasar.

Insane DaisyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora