De camino a Baskerville

437 51 15
                                    

Sherlock andaba como loco queriendo fumar, buscando cigarrillos por todos lados, desordenando y tirando cada cosa que se topara, francamente no le importaba, con tal de encontrar un maldito rastro de nicotina.

- ¡___ dime dónde los escondiste! -gritó yendo amenazante hacia la cocina.

- Yo no escondí tus cigarrillos -estabas totalmente enfocada en tu castillo con naipes.

- P... por favor -pidió de la forma forzada, tratando de convencerte con eso.

 por favor -pidió de la forma forzada, tratando de convencerte con eso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Gran intento, pero no funcionó -reíste burlesca.

Ya Patrick se había ido hace una semana, y cuando John se enteró que ambos habían estado consumiendo belladona, te llevó inmediatamente al hospital para que Molly te hiciera análisis, y luego no te dejó volver a tu departamento, por lo que llevabas una semana viviendo con el dúo.

- Dime dónde están -se paró con extrema seriedad frente a ti, viendo el castillo que estabas armando- o yo... -acercó lentamente el dedo a la primera torre.

- No te atreverías -entrecerraste los ojos, y él acercó más su dedo- ¡Quita tu maldita mano de ahí!

- ¡Dónde están mis cigarrillos! -exigió.

- Por dios, parecen niños -murmuró John frustrado, desde su sillón rojizo.

Sherlock finalmente tiró abajo tu castillo al mover una sola carta, por lo que empezaste a corretearlo alrededor de la mesa, te había llevado mucho tiempo entretenerte con eso como para que viniera a tirarla.
Él rápidamente fue a la sala de nuevo, corriendo entre los sillones para esquivarte con la petición de "John, ayúdame".

- Tú te lo buscaste -dijo tranquilamente el rubio, mientras leía el periódico.

En un paso en falso del detective lo atrapaste, tirándolo sobre la alfombra, subiéndote sobre él a horcajadas mientras trataba de defenderse de los manotazos.

- ¡Espera! -gritó Sherlock al oír el timbre.

Parecían dos niños pequeños peleando por un juguete, era algo sorprendente y que a los ojos de cualquiera podría caer pesado, pero a John se le hacía gracioso.

- Ey, también lo escucho... -te detuviste en seco y bajaste la mirada hacia el detective.

John frunció el ceño, guiando la mirada hacia el ruido.

John frunció el ceño, guiando la mirada hacia el ruido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¡Cliente! -dijeron al mismo tiempo.

Se levantaron rápidamente, y se sacudieron entre sí, pues la alfombra había acumulado algo de polvo, Sherlock acomodó los mechones que se colaron a tu rostro y tu despeinaste un poco más su cabello, para fingir estar más presentables.
Y luego estuvieron ante el cliente como si nada hubiera pasado, como si no hubieran estado peleando para nada hace unos momentos, eso no era sorprendente para John, pues... ya estaba acostumbrado.

- ¿Yo también puedo ir? -te levantaste del sillón más grande, al ver que Sherlock dijo que el caso de un "sabueso demoníaco" era fascinante.

- No veo porque no -mencionó Holmes con una sonrisa de lado, que se borró ante el comentario de John.

- No, ella necesita alejarse de todo lo que tenga que ver con casos -rodaste los ojos- Pudiste morir, no está a discusión -reprocha.

- He estado una semana confinada aquí sin ir a trabajar creo que es suficiente como para demostrar que no estoy drogada con alucinógenos

- Aún así, no vas a ir porque... -lo interrumpiste.

- No es justo que ustedes vayan a casar diablos con Moon Knight y yo deba quedarme aquí

- ¿Moon Knight? -preguntó Henry confundido.

- Saben qué, olvidenlo. Él no conoce a Moon Knight, que lo devore el perro -te ofendiste ante el comentario del chico y te dirigiste a la cocina.

- Superhéroe de Marvel cómics, te apodó así porque tu nombre es Henry Knight -explicó Sherlock, antes de acercarse a John- Puedo hacer que cumpla su parte del reto ahora -susurró.

- ¿Qué? -preguntó estupefacto Watson- ¿Quieres que esté con tu hermano dos semanas? -susurró de la misma manera.

- Es mejor que tu idea de dejarla encerrada aquí, como si fuera una niña

Sherlock tenía un buen punto después de todo.

- Bufa- de acuerdo... supongo que con la excusa del trato sirve -John estaba preocupado, no quería que volviera a pasar lo mismo que la primera vez que ingeriste belladona.

Sherlock asintió y rápidamente fue a buscarte para decirte que era hora de que cumplieras tu parte del trato, no estabas cien por ciento contenta con aquella idea, pero ya era algo que hacer, no te quejabas de estar con ellos dos en su departamento, habían personas que seguramente matarían por vivir con ellos un tiempo, sin exagerar, pero a la vez necesitas enfocarte en algo.

~○~

- Querido hermano... ¿A qué debo tu llamada? -fingió Sherlock al contestar la llamada.

- Me llegaron notificaciones de seguridad, ¿Por qué irrumpiste en mi casa? -preguntó irritado.

- Ah eso... bueno, ___ se va a quedar dos semanas contigo -respondió como si nada, ni siquiera le había preguntado antes si estaba de acuerdo- Y tu seguridad es pésima, por cierto

- ¿Qué? ¡No! -la idea de estar contigo no le molestaba, pero le incomodaba un poco debido a lo que ya habían pasado- No puede quedarse... -Sherlock le cortó antes que continuara.

- ¿Y? -preguntaste trayendo tu última maleta a la sala principal- ¿Qué dijo?

- Aceptó encantado -dijo sarcásticamente- No importa lo que dijo, si le molesta, lo haremos

- Recuerda llamarnos -mencionó John, acomodando todo- Yo te llamo cuando lleguemos

- John, pareces una madre preocupona -reíste- no soy una niña, además harás que Sherlock se ponga celoso

- ¡Te oí! -gritó este, mientras revisaba las cosas de su hermano.

Después de un rato se fueron dejándote sola en esa enorme mansión, no sabías qué hacer primero, pero explorando encontraste una sala de cine, que solo tenía películas viejas.

- No me jodas -dijiste sorprendida y fuiste por tu laptop.

La conectaste y te pusiste a ver algunas de las películas que tenías allí, entre ellas piratas del Caribe, las que habías bajado recientemente para hacer maratón con Sherlock.

~○~

- ¿Te vas tan pronto? -apareció Lady Smallwood junto a Mycroft- Creí que hablarías con la primera ministra

- Lo haré en otro momento -no apartó la vista de su teléfono y con una despedida rápida salió de allí.

Apenas salió del edificio lo esperaba Anthea con la puerta del auto abierta.

- Envía a que hagan compras de mercadería -volvió a decir sin apartar la mirada del teléfono, estaba buscando entre las cámaras de seguridad que ninguna fuera defectuosa.

- ¿Mercadería, señor? -preguntó la chica con curiosidad.

- Sí, y que las envíen antes de la hora de la cena

Normalmente Mycroft solía contarle a ella las cosas, al menos lo menos importante, pero ahora no quería hablar ni con las pocas personas que estaban en su entorno, quería llegar y ver que por lo menos te sintieras cómoda allí, ya que tuvo que aceptar por su hermano la idea de compartir casa con una persona por dos semanas, al menos era contigo y no alguien trivial.

Inteligencia Estadounidense(Mycroft Holmes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora